miércoles, 7 de octubre de 2020

 

El Día de la Lealtad. 

 


“Era el subsuelo de la Patria sublevado” Raúl Scalabrini Ortiz

 

 

Celebrar el “17 de Octubre” forma parte del ritual más significativo dentro del acervo característico del Movimiento Obrero argentino.

Si la celebración del “1ro de Mayo” es en sí mismo un hecho simbólico que trasciende el tradicional “17”, por tratarse de una fecha anterior y basamento en la historia obrera, el “17 de Octubre” es fundamental como elemento explicativo de la unidad entre la masa trabajadora y su Líder.

La reacción obrera empuñada a partir de la necesidad de exigir la restitución de Perón en su cargo político fue transformándose paulatinamente en una conmemoración de carácter ritual, que el peronismo en el poder lo instaló como un pacto singular.

Los episodios acontecidos durante el “17” original fueron convertidos a través del tiempo en la festividad oficial del peronismo configurándose en el “Día de la Lealtad”. El episodio que cohesionaría definitivamente al Conductor con su pueblo.

Con el paso de los años, esa fiesta oficial dio lugar al desborde de alegría callejera en forma de celebración multitudinaria.

Si bien el objetivo del primer “17 de Octubre” fue la liberación del coronel Perón y el restablecimiento de la lista de derechos sociales implantados desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, las manifestaciones de grupos de obreros disfrazados en las calles y la alegría bullanguera destilada durante toda la jornada, lo transformó en una celebración envuelta en misticismo cuasi religioso. La actividad política y la sagrada se evidenciaron mágicamente unidas. Estos rituales también, tienen la posibilidad de otorgar legitimidad a los procesos políticos que veneran, otorgándole valor carismático al Líder y reforzando el vínculo entre él y su pueblo.

La sucesión de acontecimientos se desencadenaron a partir del pedido de renuncia a Perón en su puesto en la Secretaría de Trabajo y Previsión el 9 de octubre de 1945. A pesar de ello, Perón no solo quedó fortalecido después de su renuncia, esto evidenciado en que había dejado a la mayoría de sus colaboradores en funciones, sino que además elaboró un discurso de despedida desde la puerta de su despacho que motivó una entusiasta concentración de gente que lo escuchó con fruición.

La CGT evidenciaba su apoyo al ex Secretario de Trabajo y Previsión. Perón dejaba el gobierno como un adalid triunfador y el gobierno mostraba debilidad con la acefalía en un cargo fuertemente impregnado de legitimidad popular. Esa debilidad se manifestó el día 13 de octubre, en la decisión de conducir detenido al recientemente renunciado a la Isla Martín García.

Varios sectores obreros entre ellos los de la carne de la localidad de Berisso y los cañeros de FOTIA reclamaron huelga general, previendo que el presidente Farrell desestimaría los beneficios sociales impulsados por Perón. La sensación de orfandad del Movimiento Obrero se volvió a notar el día 15, fecha en que el régimen decidió detener al coronel Domingo Mercante, mano derecha de Perón. Ante la presión de las bases, la CGT convocó una huelga general para el día 18 de octubre.

Sin embargo, desde el día 16, conglomerados obreros optaron por una marcha hacia la Plaza de Mayo para el 17, reclamando la inmediata liberación del coronel del Pueblo, marcha que irradió sobre Córdoba, La Plata, Rosario y varias localidades del interior del país.

Los trabajadores del Gran Buenos Aires, literalmente tomaron la ciudad. Era la primera vez en la historia nacional que un sector invisible emergía de las profundidades del olvido y se hacía protagonista.

Perón había logrado otorgar entidad a un grupo de hombres y mujeres que no estaban catalogados dentro de la sociedad, no estaban incluidos.

El 17 de Octubre se hicieron oír aquellos que hasta entonces no poseían voz alguna y de quienes su voto no tenía interés para los sectores de poder económico, que eran quienes conducían los destinos de la Patria.

Los protagonistas del 17 de Octubre histórico, cuestionaron con su actitud a la historia liberal, contada y escrita por los triunfadores de “la línea Mayo Caseros”. Cuestionaron al sector “bien” de la sociedad que edificó una Argentina a imagen y semejanza, al sector que se posesionó de los bienes y negó al indio y al gaucho y por último utilizó al inmigrante como mano de obra dócil y barata.

La Patria que desempolvó el 17 de Octubre. La Patria de Perón, no es otra que la Argentina que incluye, la Patria de todos, la que piensa en el prójimo, la que brega por igualdad de posibilidades para todos.

Para la iconografía peronista, para el diario La Época, amante de varios excesos lingüísticos, Perón era el continuador del General San Martín y el 17 de Octubre de 1945 era heredero del 9 de Julio de 1816. Hoy, como habitantes del Siglo XXI, debemos dar a cada uno lo que le corresponde según su significación y su época.

La manifestación del 17 de Octubre significó un hecho simbólico sin precedentes en nuestra historia. Evidenció la necesidad de protagonismo de un sector social jamás valorado hasta ese entonces. Pero además le otorgó la fuerza a ese grupo de gente de sentirse capaz de defender sus ideales.

Después del 17 de Octubre de 1945 el país cambiaría para siempre. Ya no sería el mismo. Seguiría habiendo poseedores y desposeídos, pero la diferencia es que a partir de entonces, estos últimos aprenderían que para ellos también había una redención.

jueves, 23 de abril de 2020


Hijos de Pauta
por Alberto Carbone
 
“El periodismo es la primera versión de la historia”
 
Es realmente improbable que podamos hablar de seriedad y ecuanimidad al referirnos a los sucesivos abordajes periodísticos orales o escritos elaborados por los miembros de los más importantes Medios de Comunicación masiva. Sin necesidad de un exhaustivo análisis, se puede advertir en cada uno de ellos la animosidad demostrada en la falta total de objetividad y en el impulso irrefrenable y mordaz de orientar subjetivamente las conclusiones y las afirmaciones a las que se arriba.
El ejército de escribas y de alternativos locuaces dirigen sus ditirambos hacia su único y definitivo Dios, cuyo único atributo es el irrenunciable emolumento con el que estos charlatanes satisfacen su razón de ser.
El periodismo analítico, inteligente, racional, desaparece, trastoca su íntima significación por la verborragia y el estilo impúdico que un sector no menor de sus mentores establece de manera procaz a cambio de una importante satisfacción monetaria.
Es que los propios Medios de Comunicación han crecido tanto que irrumpen con su voz en el centro de las decisiones políticas y en muchos casos las fagocitan, amparados en la capacidad que poseen de ser agentes de presión sobre la opinión pública.
Entonces, son los Medios de Comunicación con su luz propia quienes se apoyan en la labor de sus adláteres, que como peones en un tablero de ajedrez avanzan con la palabra empuñada como espada que defiende la postura de sus líderes.
Los verdaderos factores de Poder Económico, tanto en nuestro país como en el resto del mundo se han sintetizado, hoy son muchos menos y más poderosos. Las grandes empresas internacionales, los grandes Bancos, las robustas compañías financieras, a los que hay que agregar los Medios de Comunicación, que se expanden por el mundo fortalecidos y se afianzan.
En nuestro país, el multimedios Clarín posee hasta Bonos de la Deuda Externa. Es improbable que algún representante multimediático de esta empresa mencione al aire o redacte alguna opinión que como raro sortilegio se oponga a los intereses del mandamás.
A todo lo dicho agreguemos que los grandes empresarios del país condicionan el libre albedrío y las opiniones de los analistas a través de su jugoso aporte pecuniario.
Las empresas pautan en las emisiones de los Medios de Comunicación y también en los propios Medios. Los conductores de los programas periodísticos son hijos y dependen de esos emolumentos. Más de uno resolvió todos sus problemas económicos fruto de esta alquimia.
Una vía de solución a todo este embrollo hubiera sido la consecución de la Ley de Medios, pero como se ha visto esa Ley no alcanzó a ver la luz en su totalidad a raíz de una zancadilla que los propios Medios hicieron al Poder Político con la colaboración del Poder Judicial. En la actualidad, esa relación entre Poder Judicial y Medios de Comunicación Masiva con la anuencia del Poder Económico real, persiste.
Como verá: tutto è lasciato in famiglia

 
 
 
 
 
 

sábado, 11 de abril de 2020


ECCE HOMO
 
 
 

por Alberto Carbone

 

Inmersos en una pandemia tan inesperada e imprevisible, los argentinos encontramos en la figura del Presidente Fernández una sorprendente personalidad, hábil conductor de mentalidad precavida y previsora.

¿Se le ha ocurrido pensar que hubiera acontecido si este infortunio nos hubiera sucedido durante el anterior mandato?.

Es ciertamente probable que el mal llamado “mejor equipo de los últimos cincuenta años” nos hubiera empujado directamente hacia el precipicio.

¿Se imaginó en estos últimos meses a Macri conduciendo los avatares pandémicos?.

Lo nombro a él sólo por sanidad, por el bien de usted y el mío. Por no pasar revista a los nombres que lo acompañaron durante el calvario que nos tocó vivir en los últimos cuatro años y por no extraviar este relato pensando que de haber triunfado “Juntos por el Cambio” podríamos haber caído en manos de aquellos incapaces.

Sin embargo no me preocupa tanto esa circunstancia como la desesperanzadora evidencia de observar que en las últimas elecciones un cuarenta por ciento del electorado apostó con su voto a la gestión anterior.

A la luz de los acontecimientos no parece grave esa circunstancia, porque la mayoría del electorado optó por modificar el estado de situación y el Macrismo perdió en primera vuelta. Ahora, si me apura un poco, pareciera que jamás estuvimos bajo el influjo Macriano. Que la memoria nos hubiera enredado en una gigante hipérbole y sustraído de las fauces más tenebrosas de los peores recuerdos, dejando instalados en el olvido: los negociados, las cuentas of short, las reposeras.  ¡Piense que solamente pasaron cuatro meses!. Pero si evaluamos la realidad electoral tal cual se nos presenta y medimos la dimensión de los factores de Poder en la sociedad, vamos a concluir que lo sucedido fue muy grave y continúa siéndolo.

El cuaterno Macriano galvanizó el peso específico  de nivel socio-económico de los tradicionales factores de Poder, mellando aún más el estrecho movimiento del Poder Político.

En síntesis, la democracia es evaluada y tamizada por los grupos de Poder económico que se plantan dentro de la sociedad a través de los Medios de Comunicación Masiva, quienes a partir de su impronta férrea y concentrada, operan sobre la opinión pública.

 Lo que haga Fernández hoy es evaluado por toda la comunidad, por quienes lo votaron y por quienes no lo votaron, ambas posiciones examinan la actitud del Primer Mandatario como si se tratase de un análisis del deber ser, como el lógico proceder de un Presidente en funciones que debe mitigar por todos los ciudadanos. Pero un ínfimo porcentaje de quienes no lo votaron se digna a reconocerle carácter y vocación necesaria para conducir la debacle. La gran mayoría de los votantes de Cambiemos no reconocen lo que hubiera sucedido con otro resultado eleccionario. Qué país y qué conducción tendríamos en otra circunstancia, porque de haber triunfado quienes votaron ellos seguramente el país sería un marasmo.

Por eso Fernández es “el hombre elegido”, es el más votado, es quien recoge mayores adhesiones, pero el electorado argentino todavía mantiene para sí mismo una deuda con su honorabilidad, con su credibilidad, con su estado de madurez. Un reconocimiento para adentro, una autoevaluación, una autocrítica. Un vibrante y saludable autoanálisis que de llevarse a cabo, permitirá sin dudas que la democracia mejore para el bien de la mayoría.