lunes, 27 de febrero de 2017

Mentira la Verdad
¿Qué ves? ¿Qué ves cuando me ves? 
Cuando la mentira es la verdad
DIVIDIDOS





Alberto Carbone

¿A usted le parece?.
Hace un año que vivimos en otro país. Este no es el lugar donde habitábamos. La gente padece. La clase media ha perdido la seguridad de sentirse incólume. El pobrerío ha vuelto a habitar las calles por cientos. Los chicos de la calle son más de la calle que de sus familias. Las escuelas se proyectan casi vacías para este año. Los hospitales devastados. El trabajo de la gente desaparecido. Los jubilados sin medicamentos.
Podría continuar. Pero es indispensable saber primero a usted qué le parece.
Si a pesar de todo esto que he enumerado a vuelo de pájaro a usted no se le mueve un pelo, la verdad que estamos en problemas muy serios.
¿Sabe por qué?. Porque no alcanza con culpar de todo a la anterior administración. Si usted adquiere un bien mueble o inmueble en malas condiciones, seguramente va a atribuir al anterior dueño la culpa por el estado del bien, porque es claro que usted encarará una reparación y la tiene que justificar. Ahora, si lo adquirió para deteriorarlo más aún, no se entiende para qué tomó la responsabilidad.
Nos pasa lo mismo con el país. La actual Administración impulsó una crítica contra el deterioro que provocó el Kirchnerismo y resulta que la solución para esos males que nos aquejan nos sumergió en una crisis social y económica sin precedentes, que lamentablemente anteceden a una hecatombe política.
El gobierno actual está perdiendo el apoyo de sus más conspicuos defensores dentro de los Medios de Prensa acólitos. Es lógico. Nadie con algo de sentido común quiere quedar pegado a sabiendas a una aventura de ribetes nefastos.
Dijeron que el remedio a todos los males acontecía a través de la apertura de la economía. El tan proclamado ingreso del país al mercado externo. Para ello es necesario abrir la economía, reingresar en las exigencias del FMI, eliminar los impuestos a los exportadores. Resultado: La mayor deuda externa que ha tomado este país en un año de gestión, la destrucción de las PyMEs, del salario, del empleo y sobre todo la caída del consumo con la muerte de la demanda.

Por sus frutos los conoceréis
¿Usted no se pregunta hacia dónde vamos?.
Sabe una cosa, no me interesa lo que piensa usted de Cristina, de la anterior Gestión, de la política de subsidios a los sectores más humildes, de si cree que desde hace un año vivencia un avance o un retroceso en el país. Sólo me interesa saber si en algún momento, en estos últimos doce meses llegó a preguntarse hacia dónde vamos.
Este cinismo que manifiestan los miembros del Gobierno supera la ficción. Desde el Presidente hasta el funcionario menor que se le ocurra, recorren su discurso sobre una falsedad de Perogrullo. “Estamos mal pero vamos bien”, les falta decir. La famosa cantinela popularizada por Menem.
Ya sé que muchos de quienes leen esta nota no han vivido la época del gobierno de Menem. Menos aún la etapa de la última Dictadura. Pero esa cuestión no los disculpa. Porque la mayoría de los votantes han asistido a los últimos doce años e indudablemente hoy sienten diferencias en sus bolsillos, en su capacidad de compra, en su vida cotidiana.
Si había algo para solucionar o reestructurar del gobierno anterior, seguro que este camino no era el cambio adecuado.
Con una política mundial que gira hacia otro sentido del que intenta imponernos el actual gobierno. Inmersos dentro de un Mercado Mundo que se cierra cada vez más y que postula que cada economía nacional resuelva sus problemas puertas adentro, es evidente que la proyección de nuestra propia política económica, encarada hacia el sentido opuesto al mundial,  nos dará negativa.
La política financiera global sigue haciendo su propio negocio sin pensar si Argentina necesita ayuda. El aumento de las tasas de interés de los créditos internacionales para nuestro país demuestra lo mismo, el poco grado de confianza del Sistema Financiero internacional.
Con sólo un año de Gestión, este gobierno no fructifica ni florece.
Aparte de esto, advierta por favor que no digo nada de los vergonzantes negociados que están saliendo a la luz. Materia seguramente de otro comentario.
Sólo miro la realidad, la caída profunda de la actividad económica, la tremenda inflación, la abolición del consumo, la destrucción de la industria y la voluminosa multiplicación de la deuda externa.

¿Usted todavía no se percató?.

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