domingo, 30 de julio de 2017


Milagro en Jujuy

Con respecto a la recomendación de la Comisión Internacional de Derechos Humanos en relación con la detención de Milagro Sala

 
 
 

Por Alberto Carbone

 

 

Si es cierto que la detención de Milagro Sala es un atropello a la Justicia.

Si es verdad que la decisión de poner tras las rejas a la dirigente aborigen es nada más que una exhibición de fuerza del actual gobernador de Jujuy.

Si se comprueba que el Poder Judicial jujeño está manoseado por el Poder Ejecutivo provincial.

Si se confirma que Milagro Sala está hace más de un año tras las rejas por el capricho del gobernador, quien habría tomado la decisión por despecho y odio de Clase.

Entonces señores, estamos en graves problemas.

Porque en un determinado momento la sinrazón concluye.

Piensen que existe la posibilidad de que la Justicia con mayúscula se imponga sobre el Poder Judicial y otorgue a cada quien lo que le merece.

Pueden pasar meses o años, pero es probable que llegue el momento en que la temeridad se diluya y el reino de la razón se restablezca.

Un individuo ungido con atributos que no le son fáciles de manejar, es como decía mi abuela, como introducir a un elefante en un bazar.
 
 
 

Si el Poder Judicial libre de presiones políticas, demostrara que este Señor, llamado Gerardo Morales, gobernador jujeño, utilizando la suma del poder público, decidió actuaciones que colisionan con el deber y la racionalidad que debe cuidar todo funcionario, es probable que la Sra. Milagro Sala, una vez liberada de su cautiverio accione judicialmente contra el Estado Provincial en primer término y Nacional en segundo término.

Porque la opinión de la Comisión Internacional de Derechos Humanos es clara al respecto. Sin tener relación alguna con las partes, estima en su resolución que la Sra. Milagro Sala debería estar en libertad.

Aquí, en este respecto debemos ser claros y precisos. La CIDDHH, expone su consideración, lejana de relación entre los considerados. Es la opinión de un Organismo Internacional. No se trata del Poder Judicial de la provincia de Jujuy, acusado de estar teñido de parcialidad política.

Se trata de la opinión de un Organismo que examina la situación y aconseja de acuerdo con el papel que debería jugar el sistema democrático en nuestro país o en cualquier otro.

En consecuencia, y como considero que la Argentina ni ningún otro país, merece caer en manos de ineptos, me parecería viable que ante la posibilidad de que la Sra. Milagro Sala deje la reclusión e inicie un juicio que compense este año largo de detención, lo establezca directamente contra las personas que decidieron su encierro y no contra el Estado provincial y nacional. Porque Morales fue votado por la mayoría. Pero existen jujeños que no lo hicieron y en consecuencia no merecen pagar por los desaguisados de otros.

Al respecto, invitaría a quienes piensan como Gerardo Morales, en contra de la CIDDHH y a favor de que la Sra. Milagro Sala quede detenida, que se constituyan solidarios con el gobernador jujeño y contribuyan pecuniariamente a abonar los reclamos monetarios que la justicia determine cobrar a la actual detenida, por el tiempo que se extienda su prisión.

Porque si Milagro Sala incurrió en algún ilícito, se debe demostrar con la fuerza de la Ley y no por el capricho reaccionario de quien se encuentra con el Poder Político en sus manos y a la vez con la incompetencia para utilizarlo.

miércoles, 26 de julio de 2017


EVITA

22 de agosto de 1951

26 de julio de 1952

 
 

 Alberto Carbone
 El 22 de agosto de 1951, intentó renunciar a la candidatura a vicepresidente de la Nación, aún contra su voluntad.

Si bien para cualquier ser humano resulta un halago esta nominación, Ella advirtió que su aceptación, podía devenir en problemas políticos para su marido Presidente. En consecuencia, pretendió rechazar el ofrecimiento de la CGT desde el palco constituido en esa fecha sobre la Avenida 9 de Julio.

Pero no pudo. El pueblo, constituido por miles de personas a través de una particular Asamblea bautizada con el nombre de Cabildo Abierto del Justicialismo, impidió que esa joven mujer expresara aquellas palabras que no querían escuchar. Por ello, el día 31 de agosto siguiente, se comunicó con ese mismo pueblo a través de la radio, para expresar la decisión que no pudiera manifestar en vivo y en directo. Así, a través del éter, esa mujer de radio, renunció a los “honores pero no a la lucha”.

Cuando murió fue embalsamada. Muchos entienden, figurativamente, que no fue Perón quien decidió embalsamarla, sino el amor de su pueblo. Después,  la “fuerza de la antipatria”, brotó al compás de los fuegos fatuos del año 1955 y su cuerpo fue robado, violado y deshonrado, igual que se lo hiciera con la Patria toda.

Un 3 de septiembre volvió a aparecer, estaba enterrada en la ciudad de Milán, bajo el nombre de María Maggi de Magistris.

A Perón le devolvieron el cadáver mutilado y golpeado, muchos años después, los primeros días de septiembre de 1971. Paradójicamente, aquellos salvajes no sabían, no entendían que esa mujer muerta para ellos, en realidad continuaba con vida en la sensibilidad de su pueblo.

Algunos siguen diciendo que fue su marido, otros la enfermedad que la postraba día a día, lo cierto fue que Evita no aceptó el halago del cargo y con esa decisión, quizá sin proponérselo, dio otro ejemplo de desprendimiento a la comunidad contemporánea y futura.

 

 

 

La Bandera de tu Nombre

No te fuiste.

Estás.

No te vencieron.

Nadie pudo jamás doblegar tus convicciones.

Nadie podrá ensombrecerte, ni mancharte.

Porque no se pueden suprimir las sensaciones por decreto.

No se pueden ignorar las lágrimas furtivas de un recuerdo

o los padecimientos injustos que reciben niños y ancianos.

No se pueden abolir las súbitas alegrías que nos regala una sorpresa,

el Sol del mes de julio calentando la helada vespertina del invierno,

las faldas recogidas de las mujeres laboriosas, los brazos lastimados

de los obreros de hierro.

 

Quisieron irte, pero no pudieron.

Quisieron negarte estando inerte,

porque no entendieron, porque no quisieron entender.

 

Y vos no te fuiste.

Muerta y todo, fallecida, decidiste por ellos y te quedaste.

 

Ahora y en la hora del descanso eterno,

seguiste vibrando, andando entre la gente.

Postergando tu propia vida por la vida de los otros

te obligaron a postergar tu propia muerte, escondiéndola.

 

Hoy tu consigna de vida y de triunfo vuelve a emerger del corazón

de los humildes, de estos que no te conocieron latiendo reivindicaciones

y emancipando utopías verdaderas.

Tu consigna vuelve, se recupera digna y transparente,

se yergue victoriosa, empuñando sólo la Bandera de tu Nombre.