Los Hombres Mediocres
por Alberto Carbone
De la desvergüenza del
diputado llorón
a la postura infame de los
gobernadores ensobrados-
Los radicales que dicen ser republicanos, apoyan al Peloduro Presidente
en contra de su propio presidente de Partido.
¿Lo puede creer?
Si no hubiera existido
Leandro N Alem, estos radicales de hoy formarían parte de la runfla que gestó la
derecha multimillonaria dentro del Partido Político del Abombado con título
universitario comprado por papi y del león Peloduro que los ignorantes pusieron
ahora como Presidente.
Los radicales que conocen
historia, no los actuales, saben bien que la Unión Cívica nació para combatir
el “régimen”.
A los actuales radicales
que han cooptado el nombre del Partido y no lo son radicales, solamente les
interesa su situación personal y lo demuestran afanosamente en todo lugar.
Ahora le toca difamar a
Cornejo.
Hasta el año pasado
blasfemaba el ex diputado Negri.
¿Se acuerda?.
Ahora el cordobés no está.
Debe estar viviendo de rentas.
Callado.
Ya hizo su trabajo.
¿Esta porquería es la UCR?.
Ahora resulta que negocia
el diputado llorón a cambio de una presidencia de Comisión.
¿Qué habrá pedido a cambio Cornejo?.
Lo cierto es que Leandro Alem,
Hipólito Yrigoyen, Arturo Illia, Raúl Alfonsín. Los radicales combativos y
serios, con conciencia de clase y convicción nacional y popular, nada tienen
que ver con esta actitud payasesca de los actuales mandatarios provinciales y
con la de los diputados llorones que dicen ser radicales.
¡Ahí están ellos, los
hombres mediocres entregando la UCR al Abombado y al Peloduro!.
Resulta que Manes, a quien
estos desvergonzados catalogaban como paracaidista les demuestra a los
políticos devenidos en hombres de negocios, que el radicalismo es capaz de
tener, sentir y defender valores.
¡¡Bien por Martín Lousteau!!!
¡Ahora van a decir que lo
convenció Cristina!. Cualquier cosa antes de reconocer que son arrastrados,
entregados, alvearistas.
¡Sí, alvearistas! Cuando
lean historia y comprueben de qué manera la UCR se entregó a los intereses de
la elite dominante a partir de Alvear, quizá relacionen las épocas.
Nosotros mientras tanto,
miramos a nuestro alrededor y no podemos creer tanta bajeza moral. Entonces repetimos
las palabras sabedoras de Don Miguel de Cervantes en el Quijote de la Mancha:
“Cosas Veredes Sancho que
non Saperes”
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