viernes, 25 de noviembre de 2016


Cuesta Abajo
 
                                                             por Alberto Carbone

 
El Dolor de ya no Ser


Mientras se caen los velos que cubren las verdaderas intencionalidades del Proyecto Político de Cambiemos, la gente común, o como suele decirse, la gente de la pie, añora la falta de cumplimiento de aquellas promesas, expectativas que de alguna forma supieron hacer crecer entre los votantes,  los devenidos en políticos que triunfaron en las elecciones últimas pasadas.

Para quienes tienen alguna historia en esta lides, era inexorable que Cambiemos resultara un fiasco para los intereses de inclusión e igualdad de oportunidades sociales. Los sectores encumbrados a nivel económico y político que sostuvieron al Pro tantos años y que posteriormente se mezclaron dentro de esa indefinición programática que decidió identificarse con el nombre Cambiemos, por influjo de algún pseudo politólogo latinoamericano, no tuvieron jamás respuesta para compensar de alguna forma a tanto excluido o necesitado que persiste en la Argentina a pesar del paso de los años.

 
Tu Voto mi Voto


Sin embargo, muchos nos hemos desayunado con la tremenda realidad de advertir que más del cincuenta por ciento de la población en condiciones de votar trasunta un pensamiento básico profundamente llano, sin capacidad de evaluar o examinar críticamente lo que les prometen en las Primarias Abiertas. Me refiero a quienes votan por compromiso, sin convicción o aún peor, por antipatía contra alguna figura estelar, coyuntural, a quien se la imagina con vocación de mantenerse en el Poder.

La gente vota también en contra de quienes son demonizados por los Medios de Difusión Masiva. Si el candidato es un mantenido por la fortuna familiar, al que no se le conoce actividad laboral, con franca ineptitud intelectual, pero es protegido por los Medios, la opinión pública no se preguntará respecto de sus condiciones intelectuales, o no dudará de sus aseveraciones.

En realidad este es el primer problema. El segundo acontece al advertir que un incapaz que accede al Poder estará signado por la defensa de un Modelo Político que dirigirán sus mandantes, aunque al llevarlo a cabo se desacompañe con los procesos políticos en todo el mundo.

 
Modelo para armar

 
En verdad, todos los procesos políticos deben ser guiados por un Modelo de Crecimiento económico y social que imagine un país para todos sus habitantes. Para lograrlo deben tenerse en cuenta los intereses de cada sector social y dirigirlos hacia el bien común, meta única y definitiva que debe sostener la acción de los candidatos. Sabemos que lograr la interacción de los distintos intereses es muy difícil, sabemos además que cada sector pugna por prevalecer, todo ello lo sabemos y por consiguiente, somos conscientes de que es casi una ingenuidad proponer una salida debatida con todos los sectores, porque conocemos la dificultad de llevar a la práctica dichos acuerdos. Para lograr conducir el barco a buen puerto hay que ser un buen timonel, No un improvisado. No un recitador de buenas intenciones, no un vulgar hombrecillo sobreestimado por los Medios.

Hacer un país de grandes acciones se puede sólo con grandes hombres y mujeres, seres preparados y comprometidos, individuos convencidos de que una Nación íntegra no se logra en la disputa cotidiana de intereses de sector sino en la construcción de políticas públicas de largo aliento.

Existen intereses de sector, grupo o facción, que van a persistir en mantener sus beneficios en detrimento de grandes mayorías. Si no surgen políticas destinadas a compensar las asimetrías, la brecha entre los grupos mejor y peor posicionados a nivel económico seguirá ensanchándose. Estas son las vicisitudes que no evalúa el porcentaje más elevado del electorado. La gran mayoría sólo vota, cumple con su deber, en el mejor de los casos, y se deja llevar por la opinión de los Medios de Difusión. Después, cuando empiezan a verse sangrías violentas motorizadas por el cambio de Modelo Económico, la sociedad estalla como adolescente, reclamando por lo que ya no tiene, injuriando a quienes llevó al triunfo electoral, culpándolos de la desgracia generalizada porque no cumplen lo prometido.

Cuesta abajo 

Se trata de sentir el Dolor de ya no Ser de quienes dijeron Ser lo que no eran. La sociedad entonces deja de creer y reacciona con pasos destemplados.

Una parte de ese grupo social, intempestivo, creído de lo que no es, que tiene siempre una respuesta improvisada para cada situación y que debe modificarla con el tiempo, y que como el ignorante cree en su capacidad porque no se conoce en profundidad, que adolece de pensamiento racional, nos gobierna hoy. Recordemos que tuvimos que soportar que dijeran que un ciudadano medio con su sueldo medio no podía aspirar a cambiar siquiera su celular. Otros representantes electivos dijeron que este gobierno es quien más ha hecho por los pobres en los últimos treinta años.

Pensemos que el Ministro de Economía fue a pedir perdón a Inglaterra y que ya endeudó al país en un año más de lo que se endeudó en diez años y solo para cubrir gastos corrientes.

 Ubiquémonos en un país con millones de personas en la pobreza extrema y a quienes este gobierno sólo los multiplica.

Meditemos respecto de que la nueva metodología política de los EE. UU de América es escapar de la recesión internacional cerrando su economía, invirtiendo dentro de sus fronteras, y este gobierno hace de Argentina lo opuesto.

No se trata de la defensa a ultranza de los últimos doce años, se trata de evaluar si el cambio de rumbo político benefició o traumatizó el cuerpo social del país en sólo doce meses de nuevo gobierno.

Deberemos preguntarnos qué queremos para el país. Qué rumbo acreditamos a partir de nuestro voto. Qué constancia eficiente nos muestran los candidatos, para asegurarnos que su oferta de campaña es realista y sobre todo sincera.

De todas formas creo necesario que quienes destruyen el patrimonio nacional deberían ser expuestos firmemente ante la opinión pública. Porque son traidores a la Patria quienes la desfinancian, quienes corrompen el tejido social con desocupación y hambre, quienes destruyen la industria nacional, quienes asumen tamaña responsabilidad de dirigir los destinos de la Nación y no están preparados intelectualmente. Pero traicionan también quienes desde su rol legislativo defienden tamaña insensatez. Porque la Patria es de quienes entregan su esfuerzo para verla crecer y no de quienes se sirven de ella por apetencias personales o de grupo.

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