lunes, 13 de noviembre de 2023

 

Sergio y la Historicidad



por Alberto Carbone


Historicidad es un concepto definido por Herodoto de Halicarnaso referido al entramado de circunstancias producidas por uno o más individuos que relacionadas cobran sentido y garantizan las condiciones para que un proceso vital se manifieste.

En ciertas oportunidades, un individuo puede transformarse en artífice de la transformación.

En general, son las condiciones materiales y sociales que aunadas sintetizan y encaminan la mayoría de las variables para que emerja palmaria y transparente la nueva realidad.

Una persona generalmente surge, aparece y condensa en actos los pensamientos e intencionalidades de las mayorías.

Así le manifesté hace más de veinte años a Saúl Ubaldini, a instancias de una entrevista configurada con el objeto de rememorar aquellos años aciagos por la lucha y las reivindicaciones que encabezara el líder sindical desde la CGT, cuando la Democracia volvía a nacer en nuestro territorio.

Saúl, que por supuesto no conocía el término, nadie que no haya sido atravesado por esta actividad precisa de investigación y análisis de los procesos humanos posee la noción de conceptos característicos. Sin embargo se interesó por el tema. Advirtió que el peso específico del proceder de algún actor principalísimo, podía enmarcarlo como sujeto eficaz dentro del desenvolvimiento de la sociedad a la que representa.

Ciro I Rey de Persia, tomó en serio esta idea de historicidad he hizo reflejar sus hazañas y transformaciones en la famosa e indestructible Inscripción de Behistún.

Mucho más cerca de nuestra contemporaneidad, el recordado abrazo entre Perón y Balbín, recientemente bastardeado por Bullrich, fue otro ejemplo singular.

Algo similar, trascendental y profundo, pareciera acontecer con Sergio Massa en las actuales circunstancias de nuestro tiempo.


Sergio y la Historicidad


Porque decisiones sucesivas y pragmáticas lo han ido configurando dentro de un proyecto político fundacional que pretende fortalecer y consolidar la inclusión y la justicia social, garantizando enfáticamente un modelo de crecimiento industrial que multiplique, mejore y enaltezca a las relaciones laborales.

Así, los planetas parecieran alinearse detrás de las intenciones del candidato, que además posee la ventura de que su antagonista no ha conseguido jamás encender las luces necesarias para iluminar un camino coherente y preciso que alumbre sus premeditados y porfiados objetivos.

Parece ser que la buena estrella de Massa se perfila brillante, luminosa.

Solamente resta esperar que el importante sector de sufragistas que persiste en el regocijo de adolecer del elemental sentido del oído, de la falta de dicción y entendederas, comprenda de una vez la gravedad y el dilema por el que atraviesa nuestro país y abandone esa voluntad de asemejarse a los hermosos y juguetones cachorros del mal denominado libertario, para comenzar a razonar como auténtico elector.

Porque en definitiva es la argentinidad la que debe prevalecer.

El valioso sentimiento de Patria.

La adulación respecto de los líderes mundiales que nos han perjudicado como país en forma permanente no es más que el renunciamiento de los mediocres a sentirse argentinos.

Circunstancia que engloba tanto a los falsos libertarios como a los renegados e ignorantes que se amontonan en Cambiemos a cambio de conseguir un cargo político, en el caso de los más despiertos o sin obtener retribución alguna, como sucede con la triste mayoría de ellos.

Sergio ha comenzado a escribir una nueva página de nuestra historia.

El Debate último lo ha dejado reflejado.

Sergio ha aportado una mirada sensible, inclusiva y patriótica contra la voz timorata, dudosa, obtusa y vendepatria del inimaginable contendor.

La historicidad se ha puesto de pie y ha echado a andar.

Aportemos nosotros a la marcha de la historia.

 

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