El Otro Yo
del Doctor Merengue
por Alberto Carbone
Hace uno pocos días escuché por radio una interesante referencia del divulgador
de encuestas muy mediático Raúl Timerman, con relación a la caracterización de
las personalidades de Javier Milei y de Mauricio Macri.
Raúl Timerman dijo en esa oportunidad que las manifestaciones de ambos se
asemejaban mucho a un comic de la época del ’50 en Argentina denominado “El
otro Yo del Doctor Merengue”, del popular dibujante, guionista creativo y redactor
de ese entonces Guillermo Divito, paradójicamente muy reconocido en el ambiente
del momento y en la calle por las siluetas femeninas que pergeñaba para sus
trabajos.
La tira en cuestión era publicada por la revista “Rico Tipo”, que hacía
las veces de magazine cómico.
Yo, que no llegué a conocer ni a Divito ni a la revista de marras,
estuve analizando la personalidad descripta y desarrollada en la tira por el
Doctor Merengue, una especie de Dr. Jekill y Mr. Hyde, y encontré bastante verosimilitud
en el análisis de los individuos que describe e identifica el encuestador.
Raúl Timerman argumenta que todo aquello que le hubiera satisfecho
realizar al Abombado con título universitario comprado por el papi y no se
atrevió a llevarlo a cabo en su administración política entre los años 2015 y
2019, lo podría desarrollar y concluir posiblemente el Peloduro en la
actualidad, teniendo en cuenta su procaz desenvolvimiento frente al acontecer
cotidiano, su absoluta incapacidad para auto limitar su propio “Ello” y su
profunda necedad para entender la realidad, convencido como lo está de que es
el único y verdadero poseedor de la Verdad absoluta.
Por ello seguramente, se han lanzado estas estrafalarias decisiones en
menos de sesenta días de gobierno, que no atinan a parangonarse con ningún tipo
de razonabilidad.
Se incrementan todos los precios de los alimentos.
Se escapa el valor de los Servicios.
Hace eclosión el costo del transporte.
Pero los salarios permanecen congelados.
Nos da la impresión de que a Javier Milei lo han instalado en ese lugar
preponderante para que efectúe el “trabajo sucio” requerido por el sector de
Poder Económico privilegiado.
Si avanza, si se naturaliza el hambre, la desazón, la pobreza, la
inanición.
Si los jóvenes se resignan a la mediocridad.
Si los trabajadores se aplastan en su salario insípido.
Si las madres e hijas del pueblo aguantan y se resignan a largas y
tediosas horas de espera y sufrimiento en los hospitales y en las escuelas.
Si se consolida definitivamente lo que dice entre líneas la Constitución
Nacional del año 1853, alcanzar el logro de una Nación que optimice la
rentabilidad de la producción para los poseedores y retribuya la labor de la
mano de obra de los asalariados con el dinero suficiente como para reproducir
la fuerza de trabajo.
Si la gente agacha la cabeza una vez más y acepta y se resigna a la
ordenanza de distinguir entre quien
manda y quien obedece, entonces habrá triunfado Macri y los suyos, sus mandantes,
los verdaderos jefes de esta restauración oligárquica, que nos asemeja al país
del “Centenario”. Si, “Celebración del Centenario”. Año 1910.
Aquella época en que no existía en el país la dignidad para todo ser
humano.
Aquella época en que valía más la vida de un animal de tiro que la de un
trabajador.
Aquella época en que el hombre y la mujer pobres sabían que lo eran y
que así debía ser y que por ello se reproduciría el mismo destino para sus
hijos y nietos.
Aquella época a la que nos quieren hacer retornar.
A todos. A los ricos y a los pobres.
A las tres Clases Sociales.
Aún a aquella que es solamente una ilusión y que la bautizaron como
Clase Media. Pero es hija directa de la Clase Trabajadora, “con aspiración de
alta alcurnia”
Aquella época en que aún no había nacido el Peronismo.
Por ello, mientras en la actualidad los nietos de esos inmigrantes
europeos pobres, muertos de hambre, resoplan cuando oyen hablar de inclusión, de
trabajo digno, de amplitud de posibilidades, habiendo perdido de vista que sus
abuelos desamparados fueron salvajemente explotados por los abuelos de quienes
ellos hoy defienden y votan, oponiéndose al Peronismo por necedad e ignorancia,
nosotros ante esa pobrísima situación, vulgar, atropellada, impostada, absurda.
Perplejos, desilusionados ante la expansión de la imbecilidad, repetimos
convencidos las palabras gigantes de Don Miguel de Cervantes Saavedra que
inmortalizara en su libro “Don Quijote de la Mancha”:
“Cosas Veredes Sancho que non Saperes”.
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