lunes, 12 de febrero de 2024

 

El Otro Yo del Doctor Merengue



por Alberto Carbone

 

Hace uno pocos días escuché por radio una interesante referencia del divulgador de encuestas muy mediático Raúl Timerman, con relación a la caracterización de las personalidades de Javier Milei y de Mauricio Macri.

Raúl Timerman dijo en esa oportunidad que las manifestaciones de ambos se asemejaban mucho a un comic de la época del ’50 en Argentina denominado “El otro Yo del Doctor Merengue”, del popular dibujante, guionista creativo y redactor de ese entonces Guillermo Divito, paradójicamente muy reconocido en el ambiente del momento y en la calle por las siluetas femeninas que pergeñaba para sus trabajos.

La tira en cuestión era publicada por la revista “Rico Tipo”, que hacía las veces de magazine cómico.

Yo, que no llegué a conocer ni a Divito ni a la revista de marras, estuve analizando la personalidad descripta y desarrollada en la tira por el Doctor Merengue, una especie de Dr. Jekill y Mr. Hyde, y encontré bastante verosimilitud en el análisis de los individuos que describe e identifica el encuestador.

Raúl Timerman argumenta que todo aquello que le hubiera satisfecho realizar al Abombado con título universitario comprado por el papi y no se atrevió a llevarlo a cabo en su administración política entre los años 2015 y 2019, lo podría desarrollar y concluir posiblemente el Peloduro en la actualidad, teniendo en cuenta su procaz desenvolvimiento frente al acontecer cotidiano, su absoluta incapacidad para auto limitar su propio “Ello” y su profunda necedad para entender la realidad, convencido como lo está de que es el único y verdadero poseedor de la Verdad absoluta.

Por ello seguramente, se han lanzado estas estrafalarias decisiones en menos de sesenta días de gobierno, que no atinan a parangonarse con ningún tipo de razonabilidad.

Se incrementan todos los precios de los alimentos.

Se escapa el valor de los Servicios.

Hace eclosión el costo del transporte.

Pero los salarios permanecen congelados.

Nos da la impresión de que a Javier Milei lo han instalado en ese lugar preponderante para que efectúe el “trabajo sucio” requerido por el sector de Poder Económico privilegiado.

Si avanza, si se naturaliza el hambre, la desazón, la pobreza, la inanición.

Si los jóvenes se resignan a la mediocridad.

Si los trabajadores se aplastan en su salario insípido.

Si las madres e hijas del pueblo aguantan y se resignan a largas y tediosas horas de espera y sufrimiento en los hospitales y en las escuelas.

Si se consolida definitivamente lo que dice entre líneas la Constitución Nacional del año 1853, alcanzar el logro de una Nación que optimice la rentabilidad de la producción para los poseedores y retribuya la labor de la mano de obra de los asalariados con el dinero suficiente como para reproducir la fuerza de trabajo.

Si la gente agacha la cabeza una vez más y acepta y se resigna a la ordenanza de distinguir entre  quien manda y quien obedece, entonces habrá triunfado Macri y los suyos, sus mandantes, los verdaderos jefes de esta restauración oligárquica, que nos asemeja al país del “Centenario”. Si, “Celebración del Centenario”. Año 1910.

Aquella época en que no existía en el país la dignidad para todo ser humano.

Aquella época en que valía más la vida de un animal de tiro que la de un trabajador.

Aquella época en que el hombre y la mujer pobres sabían que lo eran y que así debía ser y que por ello se reproduciría el mismo destino para sus hijos y nietos.

Aquella época a la que nos quieren hacer retornar.

A todos. A los ricos y a los pobres.

A las tres Clases Sociales.

Aún a aquella que es solamente una ilusión y que la bautizaron como Clase Media. Pero es hija directa de la Clase Trabajadora, “con aspiración de alta alcurnia”

Aquella época en que aún no había nacido el Peronismo.

Por ello, mientras en la actualidad los nietos de esos inmigrantes europeos pobres, muertos de hambre, resoplan cuando oyen hablar de inclusión, de trabajo digno, de amplitud de posibilidades, habiendo perdido de vista que sus abuelos desamparados fueron salvajemente explotados por los abuelos de quienes ellos hoy defienden y votan, oponiéndose al Peronismo por necedad e ignorancia, nosotros ante esa pobrísima situación, vulgar, atropellada, impostada, absurda. Perplejos, desilusionados ante la expansión de la imbecilidad, repetimos convencidos las palabras gigantes de Don Miguel de Cervantes Saavedra que inmortalizara en su libro “Don Quijote de la Mancha”:

“Cosas Veredes Sancho que non Saperes”.

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