Mentira la
Verdad
¿Qué ves? ¿Qué ves cuando me ves?
Cuando la mentira es la verdad
Cuando la mentira es la verdad
DIVIDIDOS
Alberto Carbone
¿A usted le parece?.
Hace un año que vivimos en otro país. Este no es el
lugar donde habitábamos. La gente padece. La clase media ha perdido la seguridad
de sentirse incólume. El pobrerío ha vuelto a habitar las calles por cientos.
Los chicos de la calle son más de la calle que de sus familias. Las escuelas se
proyectan casi vacías para este año. Los hospitales devastados. El trabajo de
la gente desaparecido. Los jubilados sin medicamentos.
Podría continuar. Pero es indispensable saber primero
a usted qué le parece.
Si a pesar de todo esto que he enumerado a vuelo de
pájaro a usted no se le mueve un pelo, la verdad que estamos en problemas muy
serios.
¿Sabe por qué?. Porque no alcanza con culpar de todo a
la anterior administración. Si usted adquiere un bien mueble o inmueble en
malas condiciones, seguramente va a atribuir al anterior dueño la culpa por el
estado del bien, porque es claro que usted encarará una reparación y la tiene
que justificar. Ahora, si lo adquirió para deteriorarlo más aún, no se entiende
para qué tomó la responsabilidad.
Nos pasa lo mismo con el país. La actual
Administración impulsó una crítica contra el deterioro que provocó el
Kirchnerismo y resulta que la solución para esos males que nos aquejan nos
sumergió en una crisis social y económica sin precedentes, que lamentablemente
anteceden a una hecatombe política.
El gobierno actual está perdiendo el apoyo de sus más
conspicuos defensores dentro de los Medios de Prensa acólitos. Es lógico. Nadie
con algo de sentido común quiere quedar pegado a sabiendas a una aventura de
ribetes nefastos.
Dijeron que el remedio a todos los males acontecía a
través de la apertura de la economía. El tan proclamado ingreso del país al
mercado externo. Para ello es necesario abrir la economía, reingresar en las
exigencias del FMI, eliminar los impuestos a los exportadores. Resultado: La
mayor deuda externa que ha tomado este país en un año de gestión, la
destrucción de las PyMEs, del salario, del empleo y sobre todo la caída del
consumo con la muerte de la demanda.
Por sus frutos los conoceréis
¿Usted no se pregunta hacia dónde vamos?.
Sabe una cosa, no me interesa lo que piensa usted de
Cristina, de la anterior Gestión, de la política de subsidios a los sectores
más humildes, de si cree que desde hace un año vivencia un avance o un
retroceso en el país. Sólo me interesa saber si en algún momento, en estos
últimos doce meses llegó a preguntarse hacia dónde vamos.
Este cinismo que manifiestan los miembros del Gobierno
supera la ficción. Desde el Presidente hasta el funcionario menor que se le
ocurra, recorren su discurso sobre una falsedad de Perogrullo. “Estamos mal
pero vamos bien”, les falta decir. La famosa cantinela popularizada por Menem.
Ya sé que muchos de quienes leen esta nota no han
vivido la época del gobierno de Menem. Menos aún la etapa de la última
Dictadura. Pero esa cuestión no los disculpa. Porque la mayoría de los votantes
han asistido a los últimos doce años e indudablemente hoy sienten diferencias
en sus bolsillos, en su capacidad de compra, en su vida cotidiana.
Si había algo para solucionar o reestructurar del
gobierno anterior, seguro que este camino no era el cambio adecuado.
Con una política mundial que gira hacia otro sentido
del que intenta imponernos el actual gobierno. Inmersos dentro de un Mercado
Mundo que se cierra cada vez más y que postula que cada economía nacional
resuelva sus problemas puertas adentro, es evidente que la proyección de
nuestra propia política económica, encarada hacia el sentido opuesto al
mundial, nos dará negativa.
La política financiera global sigue haciendo su propio
negocio sin pensar si Argentina necesita ayuda. El aumento de las tasas de interés
de los créditos internacionales para nuestro país demuestra lo mismo, el poco
grado de confianza del Sistema Financiero internacional.
Con sólo un año de Gestión, este gobierno no
fructifica ni florece.
Aparte de esto, advierta por favor que no digo nada de
los vergonzantes negociados que están saliendo a la luz. Materia seguramente de
otro comentario.
Sólo miro la realidad, la caída profunda de la
actividad económica, la tremenda inflación, la abolición del consumo, la
destrucción de la industria y la voluminosa multiplicación de la deuda externa.
¿Usted todavía no se percató?.
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