Carlos Duarte en el centro de la
tormenta.
Carlos Duarte. Lavacopas, mozo,
albañil. Un pibe argentino de veintiún años sin trabajo y más de cuatro meses
buscándolo. Una buena noticia por el hallazgo laboral, a partir de la magia que
trasunta dentro del devenir informático.
Este es el protagonista del
“cambio”, tan sólo uno de los Carlos Duarte que deambulan sin pan y sin trabajo
por esta Argentina reciente de este “cambio” con tufo a frustración.
Este pibe cordobés, es el
reflejo inaudito de miles de jóvenes que transitan las calles asfaltadas de
pesadumbre, veredas sin camino, sin sentido u orientación.
La historia de tantos chicos
jóvenes a los cuales se les escurre la vida
entre los dedos de un lavacopas.
La tómbola que ha pergeñado este
gobierno para concebir la desventura, lo ha beneficiado esta vez a Carlos.
Eugenia, la mujer que lo atendió aquel día y a quien le pidiera trabajo, le
solicitó su currículum, Carlos, sin dinero para imprimirlo, tuvo que
confeccionarlo a mano. La mujer percibió en el muchacho su necesidad y se
comprometió con su requerimiento. No hizo otra cosa que colgar esa anécdota en
su Facebook. La nota se viralizó y como resultado, Carlos logró el reingreso a
la sociedad y comenzará a trabajar durante esta semana.
La tómbola de “Cambiemos” sigue
girando.
No se trata de un Milagro.
Es el resultado caprichoso del
azar.
Las bolillas que circulan dentro
de una ruleta dolorosa que contiene los nombres numerados de todos los jóvenes
de nuestro país.
A ver señores atención.
No va más!.
La rueda se detiene y una
bolilla determina el futuro del beneficiario.
Como dije. No se trata de un
Milagro.
Me atrevo a decir que probablemente
se trate de un castigo.
El dolor por el sufrimiento de
haber optado democráticamente por la elección de un gobierno, que ha señalado
desde el comienzo un rumbo preciso, claro y contundente. Un rumbo
diametralmente opuesto a los intereses de las grandes mayorías y orientado a
facilitar los negocios de los intereses concentrados del capital nacional e
internacional.
Este joven de hoy, famoso y
viralizado, es reconocido aún en el exterior. El diario El País de Madrid ha
levantado su historia. Pero me pregunto: Qué sucederá con los miles de Carlos
que todavía esperan y deambulan por nuestro territorio?.
Usted pensó en el futuro de sus
hijos?.
La juventud debe construir su
futuro, prepararse, crecer y sentirse útil.
Encontrar sentido a su vida y a
partir de ello, contribuir a elaborar el futuro de todos, para que juntos
desplieguen el futuro del país.
Mencioné la palabra futuro
demasiadas veces. Es el derecho intrínseco que posee todo ser humano. Es la
fortaleza que merece nuestra juventud. Ningún gobierno debe coartarlo. La
comunidad del presente, debe sostenerse en el anhelo irrevocable de su propia
construcción.
Lo primero que la sociedad debe
hacer, es deconstruir este presente inaudito, para afianzar un proyecto
unánime.
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