jueves, 1 de septiembre de 2022

 

La Ley del Deseo según el M. de P.




por Alberto Carbone

 

Para Sigmund Freud, el Deseo es una pretensión de carácter psicológico que busca recuperar una satisfacción originaria proveniente de la infancia. Un Deseo de adulto no es más que un Deseo infantil sofocado. Por eso mismo, para Jacques Lacan, el Objeto de Deseo es aquello que nos hace falta y nos cuesta tanto alcanzar.

 

Evidentemente el marido de Pampita no desea quedar estigmatizado como tal.

Debe creerse, con todo derecho, una persona capaz de descollar por propios méritos, de hacerse notar ante la sociedad por sus virtudes, locuacidad, ingenio e inventiva. 

Se debe tratar del deseo de demostrarle a su Ciudad y al mundo si fuese necesario, que también posee un nombre propio, una iniciativa, hasta un intelecto propiciatorio para encarar nuevos proyectos, nuevas inquietudes.

El cargo de Legislador porteño es y debe ser un baluarte meritorio.

No cualquier individuo debería poder acceder a tal reconocimiento, sin haber ostentado férreas demostraciones de capacidad, tenacidad, militancia y conducta durante toda una profunda y significativa etapa de su vida.

Así debería ser con todos y cada uno de los Representantes políticos y es evidente que este muchacho desea fervorosamente demostrar que sus dotes intelectuales están a la altura de tamaña responsabilidad.

Por ello, es que el Marido de Pampita debe trabajar incansablemente en el seno de la Honorable Cámara de Representantes de la Ciudad Autónoma, con ese valioso objetivo, el de reivindicar y justificar sus preciados merecimientos.

El último día del mes de agosto de 2022, por ejemplo, lució sus atributos, sus inconmensurables dotes de genial y agudo observador de la realidad y de original ingenio para sintetizar las necesidades, las premuras e irreemplazables soluciones que necesita la que es todavía Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para continuar desarrollándose con esa fluidez y bienestar que el gobierno local estima, desea y considera que cumple con tal menester para todos quienes la transiten.

Este legislador porteño y Marido de Pampita, fue tenaz y directo y no le tembló el pulso al presentar un Proyecto de Ley que le han elaborado y escrito evidentemente, teniendo en cuenta su invariable objetivo de mejora y satisfacción orientada hacia el bien pasar de sus amados y reconocidos vecinos.

Un Proyecto de Ley que propone la desaparición del Edificio del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Claro. Nos referimos a aquella mole inoportuna y molesta en medio de la Avenida más ancha del mundo.

Se trata de un edificio viejo y feo para nuestro inconmensurable y reconocido  Marido de….

Además obstruye la arteria 9 de Julio, imposibilitándole su ampliación, su disposición a mayor anchura, habilitación y consecuente facilitación de tránsito.

Pero además, adivinamos perfectamente, que para nuestro irreemplazable “Pampita’s Husband” contribuiría a demoler insidiosos símbolos partidarios de interés político que aún persisten y continúan arraigados en sectores populares con una insidiosa reminiscencia peronista, una lamentable rémora que tan mal le hace a esta estimada Ciudad que por ahora persiste en su intencionalidad de permanecer Autónoma.

Una persistencia legal y reconocida que a esta altura de los acontecimientos, aparece como elevada y ostentosa pretensión para la histórica Ciudad Puerto de Buenos Aires. Un atributo muy fuerte para una región que ha perdido aquel rol destacado que desplegara durante el Siglo XIX y que en la actualidad pervive otorgándole unas ínfulas y una autoridad, que la muestran ante el mundo como el rostro de todo un país al que no representa y si me permiten, diría que no representó jamás en la historia argentina.

Además se trata de una Ciudad que va envejeciendo, que no posee recambio generacional, que no demuestra crecimiento vegetativo y que se sustenta a sí misma, encasillada y tendenciosa, referenciándose con los mismos individuos, inalterables, inmutables, que se suceden idénticos generación tras generación.

Esta mítica Ciudad, por ahora Capital del país, que cuando tiene la obligación de sufragar, lo hace mayoritariamente por este tipo de postulantes, simples, básicos, maleables, bochornosos, Maridos de Pampita, sin evaluar que representados por ellos, todas las arterias, los barrios, la vecindades, las opciones de cambio y las manifestaciones de transformación, continuarán como hasta hoy vienen comportándose, vacías o exentas de sentido, de ese sentido que solamente aportaría un grupo de pensadores emergentes de un proyecto genuino e inteligente, promotor de auténticos cambios, generadores de nuevos patrones de conducta y sobre todo exentos de Maridos de Pampita.

 

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