jueves, 21 de diciembre de 2023

 

Estocolmo

 

El bobo miró a los ojos a su interlocutor. Presentía que algún comentario debería hacer al respecto.

Un día antes se habían congregado cientos de personas en diversos centros urbanos del país, para repudiar sus decisiones de índole política y económica, menos de veinticuatro horas después de los episodios, evidenciaba solamente un único justificativo como pretexto que le cabía en la boca.


Alguien de su núcleo más íntimo se lo había sugerido de buen grado como 

siempre lo hacen, pero eso sí, sin abandonar el frecuente tono imperativo.

“¡Esos manifestantes padecen del Síndrome de Estocolmo!”.

 Así le propusieron que se exprese. La frase le resultó conocida.

Pero no recordaba el episodio.

Se lo relataron concienzudamente. Creyó entender.

Pero usted sabe. Estimado lector, estimada lectora.

La definición del concepto de Historia no se resuelve a partir de la descripción de una mera sucesión de los hechos, sino a través de la interpretación de cada uno de esos acontecimientos.

Por ello tal vez, cuando le narraron al tarambana los sucesos acaecidos en Estocolmo, después de recordarle además donde está ubicada la ciudad de marras y de lo que trataba la situación, el bobo entonces, fue capaz de entender lo que creyó interpretar.

Tal vez fue por esa misma cuestión que comenzó a interesarse fuertemente en utilizar esa comparación.

Además, por lo pronto, a él se lo habían sugerido con esos mismos modos imperativos que en cada circunstancia habían utilizado para instruir al anterior bobo consuetudinario, al abombado de título universitario comprado, al que le hicieron justificar el suicidio nacional que significó el préstamo con el Fondo Monetario Internacional, como si se tratase de la adquisición de un beneficio para resolver el equilibrio de las cuentas internas.

Ahora resulta que el bobalicón actual, pretende desguazar el Estado para favorecer a esas mismas benditas cuentas económicas internas. Es así como se lo ordenaron.

Para justificar ese objetivo y parodiar la decisiva actitud de la multitudinaria manifestación, promovieron que utilizara la famosa metáfora del Síndrome de Estocolmo en contra de la oposición.

Pero como la Historia es nada más y nada menos que la particular interpretación de los hechos, me interesa aquí mismo que recordemos que este fenómeno paradójico acontecido en Suecia a expensas de lo que podríamos denominar un secuestro preventivo de varias personas por un delincuente cercado, prefiguró que una de las víctimas culminara desarrollando un fuerte vínculo afectivo con su captor, situación que desbarranca a partir de una determinada afección psicológica de quien se encontraba privada de su libertad.

En resumen, la victima motorizó un vínculo de dependencia sumiso hacia la persona que exteriorizó su facultad del poder, control y dominio de la fuerza.

Pero el bobo no sabe, no puede saber, no posee la facultad de advertir que la gente que se manifestó contra sus decisiones salvajes, políticas, económicas y sociales, no padece ningún Síndrome de Estocolmo, sólo manifiesta su dolor y preocupación respecto de una realidad que sabe que no merece y porque recuerda perfectamente los logros y beneficios que ha obtenido durante la “década ganada”, episodios que pueden contraponer perfectamente a los exabruptos lastimosos, impresentables, de aguda pobreza intelectual que enarbola sucesivamente el bochornoso gobierno actual.

Antes bien, me gustaría insistir en una distinción, en una importante diferencia, porque aventuro a interpretar que el Síndrome de Estocolmo se ha presentado en nuestra sociedad. Esta vicisitud se ha manifestado en realidad en el desenvolvimiento de una inmensa cantidad de incrédulos sufragantes, cuya necedad los condenó a la incapacidad de valorar la situación económica promovida por la etapa  Kirchnerista, inducidos por los Medios de Información Concentrados y por sus propias limitaciones personales, procurando entonces hacer tabla rasa sobre lo sucedido y decididamente promocionar su propio infortunio, votando en primer lugar al abombado con título de ingeniero y ahora al bobalicón réquete peludo que claramente es conducido por las narices por el centro de Poder económico y acepta esas órdenes para procurar la primarización de la economía argentina y retornar a la vieja instancia de país que poseíamos en la época del Centenario.

Por ello, nuestra mal llamada Clase Media permanece infectada con el Síndrome de Estocolmo.

¿Además quiere que le diga otra cosa?.

El más grave de los problemas es que si no se sana definitivamente, el cuerpo social de la Nación entero puede ser alcanzado por la misma malaria.

Una y otra vez observamos a los impresentables, incapaces, perseguidores de cargos sin proyecto político alguno, procurando formar parte de las Listas eleccionarias, así sea detrás de un abombado o de otro.

Nosotros, nos compadecemos por la Patria.

Porque el infortunio impuesto por retardados no lo merecen ni este país de abundantes posibilidades de crecimiento ni las nuevas generaciones que deberán migrar si el gobierno se sucede homologado por una inmensa constelación de mediocres e ignorantes.

Por ello es que seguimos repitiendo:

“Cosas Veredes Sancho que non Saperes”

martes, 21 de noviembre de 2023

 

Perogrullo



por Alberto Carbone

 

A veces el provenir se hace evidente.

Tan elocuente y claro que hasta se palpa.

Cuando escuchábamos hablar a Milei los últimos meses, en forma  inacabada, con gestos contradictorios, eufemismos vulgares, salidas estrafalarias, nos imaginábamos fácilmente lo que podría suceder si llegara a ocupar la Primera Magistratura semejante bobalicón, tremendo mediocre, cabal insatisfecho, rotundo fracasado.

Lo mismo acontecía cuando el mismísimo abombado con título de ingeniero adquirido por el papi, intentaba explicar los aprontes de su candidato Milei, balbuceando sus supuestas cualidades, sus “viejas_nuevas” “ideas”.

Un típico estúpido que relata las virtudes de alguien como él y que sin embargo, a fuerza de intentar resistir y justificar las contradicciones sucesivas que iban haciéndose evidentes en forma cotidiana, llegara a definirlo como un personaje “imprevisible”.

 

Si, leyó bien, Macri dijo: “Milei es un personaje imprevisible, pero es el Cambio”.

Contaminados por esta frase, entre otras atrocidades, a Milei lo votaron más de catorce millones de personas.

Es muy triste, porque para colmo de males, esos mismos votantes poseen una muy buena consideración de ellos mismos.

Creen que lo saben todo, y permanecen envueltos en su ignorancia.

Y la limitación es tan grande, que son dominados, llevados de la nariz por un perfecto abombado.

 Por un tipo que vivió toda su vida del dinero del padre, que llegó a ingeniero por el dinero del padre, que accedió a direcciones de empresas por el dinero del padre, que se candidateó a Presidente de Boca Juniors, a Jefe de Gobierno de la Ciudad y a la Primera Magistratura de la Nación, también por el dinero del padre.

Así y todo, señoras y señores, existe gente que es convencida y dirigida por un individuo de este perfil.

Son catorce millones quienes votan a pedir de “Boca”.

Solamente un cinco por ciento de ellos pertenece a los ruralistas, con intereses directos en la política económica de Macri y de Milei, el resto de esos sufragios son solamente de mediocres que votan a favor de los intereses de los más ricos, porque se creen inteligentes!!!!.

Creen que votar en contra del Peronismo los hace aptos, puros, sabios!!!!.

Pero el problema real que traduce la última elección es el Proyecto de país que ha sido derrotado.

Fijesé si no.

Ahora aparece la necesidad de vender Vaca Muerta, la disposición de concesionar la extracción de litio, la imperiosa necesidad de privatizar YPF.

En fin. Todo lo que redunde en sostener el bienestar del abombado y de sus amigos.

La gente votó esa propuesta. La mayoría se inclinó por la destrucción del mercado interno de consumo. Ojo!!!

Sucederá que el ingreso de capitales frescos, fruto del despojo, de la claudicación, de las rodillas hincadas como lo hizo Macri, redundará en provecho de incrementar los Dólares en el Banco Central, generando mayor liquidez.

Inclusive me animo a anticipar que el nuevo gobierno  propondrá el uno a uno, recuperando la Convertibilidad y eludiendo la Dolarización.

Acuérdese que mantendrá los Planes para los cada vez más desocupados, que ocasionará la apertura indiscriminada de la economía y ofrendará a los amigos de Macri la Obra Pública, recuperando para ello las otrora fracasadas PPP.

Por supuesto que congelará los salarios y las jubilaciones y sostendrá las Obras Sociales Sindicales para mantener ensimismados y bien callados a los Gremios.

Me animo a decirle:

Puede ser que hasta logre un segundo mandato,

si no es que el abombado le reclama ese lugar!.

Lo cierto será que después de ocho años, sin las joyas de la abuela y consumido todo el ingreso de dinero obtenido por aquel despojo, volveremos al tiempo que significó el final de la era menemista.

“Sin pan y sin trabajo”.

Pero no se preocupe de antemano!!!

Tiene razón!!!!. Debo estar exagerando!!!!

Si faltan ocho años todavía!.

Vivamos el hoy!.




Bailemos cumbia, tomemos fernet y garantisemos los

puestos políticos que requieran a los libertarios y a Cambiemos!!!

Eso es vida!!.

Nosotros, que vislumbramos todo el proceso,

atónitos decimos:

“Cosas Veredes Sancho que non Saperes”.

lunes, 13 de noviembre de 2023

 

Sergio y la Historicidad



por Alberto Carbone


Historicidad es un concepto definido por Herodoto de Halicarnaso referido al entramado de circunstancias producidas por uno o más individuos que relacionadas cobran sentido y garantizan las condiciones para que un proceso vital se manifieste.

En ciertas oportunidades, un individuo puede transformarse en artífice de la transformación.

En general, son las condiciones materiales y sociales que aunadas sintetizan y encaminan la mayoría de las variables para que emerja palmaria y transparente la nueva realidad.

Una persona generalmente surge, aparece y condensa en actos los pensamientos e intencionalidades de las mayorías.

Así le manifesté hace más de veinte años a Saúl Ubaldini, a instancias de una entrevista configurada con el objeto de rememorar aquellos años aciagos por la lucha y las reivindicaciones que encabezara el líder sindical desde la CGT, cuando la Democracia volvía a nacer en nuestro territorio.

Saúl, que por supuesto no conocía el término, nadie que no haya sido atravesado por esta actividad precisa de investigación y análisis de los procesos humanos posee la noción de conceptos característicos. Sin embargo se interesó por el tema. Advirtió que el peso específico del proceder de algún actor principalísimo, podía enmarcarlo como sujeto eficaz dentro del desenvolvimiento de la sociedad a la que representa.

Ciro I Rey de Persia, tomó en serio esta idea de historicidad he hizo reflejar sus hazañas y transformaciones en la famosa e indestructible Inscripción de Behistún.

Mucho más cerca de nuestra contemporaneidad, el recordado abrazo entre Perón y Balbín, recientemente bastardeado por Bullrich, fue otro ejemplo singular.

Algo similar, trascendental y profundo, pareciera acontecer con Sergio Massa en las actuales circunstancias de nuestro tiempo.


Sergio y la Historicidad


Porque decisiones sucesivas y pragmáticas lo han ido configurando dentro de un proyecto político fundacional que pretende fortalecer y consolidar la inclusión y la justicia social, garantizando enfáticamente un modelo de crecimiento industrial que multiplique, mejore y enaltezca a las relaciones laborales.

Así, los planetas parecieran alinearse detrás de las intenciones del candidato, que además posee la ventura de que su antagonista no ha conseguido jamás encender las luces necesarias para iluminar un camino coherente y preciso que alumbre sus premeditados y porfiados objetivos.

Parece ser que la buena estrella de Massa se perfila brillante, luminosa.

Solamente resta esperar que el importante sector de sufragistas que persiste en el regocijo de adolecer del elemental sentido del oído, de la falta de dicción y entendederas, comprenda de una vez la gravedad y el dilema por el que atraviesa nuestro país y abandone esa voluntad de asemejarse a los hermosos y juguetones cachorros del mal denominado libertario, para comenzar a razonar como auténtico elector.

Porque en definitiva es la argentinidad la que debe prevalecer.

El valioso sentimiento de Patria.

La adulación respecto de los líderes mundiales que nos han perjudicado como país en forma permanente no es más que el renunciamiento de los mediocres a sentirse argentinos.

Circunstancia que engloba tanto a los falsos libertarios como a los renegados e ignorantes que se amontonan en Cambiemos a cambio de conseguir un cargo político, en el caso de los más despiertos o sin obtener retribución alguna, como sucede con la triste mayoría de ellos.

Sergio ha comenzado a escribir una nueva página de nuestra historia.

El Debate último lo ha dejado reflejado.

Sergio ha aportado una mirada sensible, inclusiva y patriótica contra la voz timorata, dudosa, obtusa y vendepatria del inimaginable contendor.

La historicidad se ha puesto de pie y ha echado a andar.

Aportemos nosotros a la marcha de la historia.

 

viernes, 22 de septiembre de 2023

 

Mario. El tipo que supo




por Alberto Carbone

 

La infausta noticia referida a la pérdida de uno de los periodistas más destacados en el ambiente político nacional sobrevuela aquella impiadosa sensación determinista que dimensiona un desgraciado sino en la Argentina.

Aquel que dice que los buenos, los imprescindibles, nos abandonan pronto.

Es cierto que todavía quedan voces de elevado valor capaces de descifrar y ayudar a entender nuestra problemática situación social, económica y política, pero también es verdad que giran, conviven y hacen su agosto alrededor de estos temas, desafortunados pseudo periodistas que por migajas algunos o por cuantiosos emolumentos otros, aplican su palabra una y otra vez a satisfacer las conveniencias de quienes les abonan.

Mario Wainfeld no era de esa calaña.

A los setenta y cuatro años de edad continuaba contribuyendo con su locuacidad e inteligencia a mejorar la interpretación de la realidad contemporánea, alejado de intereses particulares y aportando su valioso análisis para comprender nuestro incesante devenir.

Él supo bien qué lugar debía ocupar el periodismo de investigación.

Su aguda observación política surgida de su profunda sinceridad y de su ponderación  objetiva se radicó definitivamente en la vereda opuesta de la obsecuencia e interés pecuniario de los grandes Medios que concentran aún el patrimonio de la rentabilidad.

Todavía quedan algunos periodistas que demuestran ser auténticos escritores como Mario.


Mario Wainfeld


Su desenvolvimiento profesional es de prever se multiplique entre los jóvenes quienes se están formando, para que se sientan capaces de seguir andando tras sus pasos.

Su huella imborrable deseamos marque el camino.

 

domingo, 20 de agosto de 2023

 

La Clase Obrera va al Paraíso.



 

 

Por Alberto Carbone

 

Una antigua película italiana del año 1971 expresó en forma llana y literal, la crítica despiadada y mordaz que el Movimiento Obrero puede y debería hacer de sí mismo.

Ese film, ahondando a través de agudos aspectos sociológicos, narra de manera única y visionaria, diversos y variados conflictos sociales que todavía hoy en día persisten permanentes y cotidianos:

 La conciencia política de los trabajadores y de sus familias.

La sociedad de consumo.

La capacidad del poder adquisitivo y la contraprestación en esfuerzo que ese ingreso le demanda al obrero.

La naturalización del nivel de vida escaso, alicaído, desesperanzador.

  El poder real del patrón, su rentabilidad y su despiadada mirada sobre una realidad cotidiana que está convencido que le pertenece.

Por todo ello es que precisamente adelanto sin remilgos que no espero que interpreten que esta tragicomedia italiana concluya con un final feliz.

Pero de todas maneras deberíamos interpretarla como un punto de vista.

Una reflexión respecto de la sociedad.

Una descripción cruda y directa de los avatares por los que transita la Clase Obrera y además, una percepción que incluya su propia y específica capacidad de interpretación de la vida que transcurre alrededor de sus avatares y vivencias.

De esta película olvidada y lejana me acordé cuando me puse a reflexionar sobre la situación sociopolítica del país de los argentinos.

Porque precisamente, ¿sabe un cosa, Sr. Lector?, nuestro territorio nacional no sería lo que es sin los argentinos.

Y esos ciudadanos definidos como tales, nosotros mismos, no somos otra cosa más que trabajadores.

Por eso mismo le confieso también que más que nunca soy consciente de que seremos nosotros, los trabajadores, quienes deberemos definir el futuro de la Patria.

Porque además, la Clase Obrera no existe sólo en el imaginario de los grandes titulares. Este sector social preciso, es de material orgánico, no es una polea de transmisión.

No funciona sólo como uno de los operadores de acuerdos entre grupos de interés.

¡La Clase Obrera somos la gran mayoría de los argentinos!.

Cuando recordé la película citada más arriba y comprendí que en realidad la potencialidad del grupo social más importante de la Nación reside en su convicción y voluntad, advertí que en realidad la construcción de la República como Proyecto Nacional, depende justamente de la inspiración, lucha y buen resguardo de la Clase Obrera.

La República ha institucionalizado una metodología eficaz para desenvolverse políticamente. Una plataforma orgánica que se denomina Democracia.

 La Democracia persiste todavía definida como sistema de vida, sobre la base de un compendio de valores que entre todos los participantes debe defenderse y protegerse. Valores que deben cobijarse bajo la protección de las mayorías electorales, los votantes, el Pueblo.

El Pueblo es quien edifica el país, lo transforma, emite su luz y presencia. Le otorga existencia. No vive una república sin su Pueblo.

La Nación es el Pueblo mismo comprometido detrás de un objetivo que define el Proyecto de país.

Este Pueblo argentino, que laboriosamente convive y se esfuerza en silencio, eligió por minúscula mayoría “cambiar” de gobierno en el 2015.

Este Pueblo, crédulo, confiado, hasta con visos de inocencia, como el que describe la vieja película italiana del año 1971, optó por “Cambiemos”. Se dejó seducir con falsas promesas, con mentiras de falsos profetas.

Hoy está claro. Los hombres del Presidente se comportaron como Ceos de grandes empresas que siguieron trabajando para engrosar las arcas de esas Compañías. Endeudaron cada vez más las arcas del Estado. Lo despojaron de las pertenecías más valiosas.

El país jamás les importó.

La gente, nosotros, la Patria, para ellos no existe y así se comportaron.

Pero la credulidad en los falsos profetas, en las construcciones mediáticas, en la perseverancia de la banalidad del mal, prosiguió e inundó el gobierno de Alberto Fernández, quien por otro lado debemos consignar que tampoco logró un triunfo holgado acorde al castigo en las urnas que hubiese merecido Cambiemos.

Es cierto que Fernández defraudó.

Porque no se animó a tomar decisiones enérgicas y profundas que hubieran redundado en que los grandes rentistas del país pagaran la deuda macriana y se hicieran cargo de la debacle que ellos mismos promovieron al apuntalar al gobierno de Macri.

Fernández defraudó.

Porque prefirió escuchar las críticas del Poder real y desoír los requerimientos de los sectores populares.

Defraudó además, porque el auténtico gobierno popular es siempre el que responde a las necesidades de las amplias mayorías en detrimento de quienes han ganado durante Siglos la batalla por el poder económico en perjuicio de aquellos que menos poseen.

Sin embargo, la acción de los Medios penetrando la ignorancia de muchos, ha pergeñado candidatos mediocres para el gusto de un electorado ambiguo, desinteresado  y desinformado.

Esta elección de 2023 se tornará decisiva y fundacional.

Imagine lo que sucederá.

Argentina ha recuperado las “joyas de la abuela”. Aquellas que Menem decidió mal vender y a través de ello desfinanciar la Nación.

En la actualidad, el descubrimiento de gas y litio ha configurado una promesa de recuperación del Estado Nación.

Los grupos concentradores de riqueza están evaluando jugosos dividendos.

Si la elección democrática del mes de octubre determina que la derecha política cambiemita o la autodenominada liberal accedan al gobierno, los hijos de Menem y de Macri desfinanciarán al país, lo despojarán de sus recursos definitivamente e impondrán una verdadera ola de reformas sociales destinadas a corroer los derechos laborales que muchos trabajadores creen naturalizados e intocables.

Los trabajadores argentinos, todos nosotros, pertenecientes a la mayoritaria y rotundamente aspiracional Clase Media, forjadores del país auténtico, la Patria, tenemos con nosotros mismos una deuda de honor. Debemos abrir los ojos y advertir que es momento de imponer una respuesta eficiente y componedora que restablezca una auténtica democracia, una eficiente representación popular, que no demore más la equitativa e imperiosa redistribución de la riqueza.

Una respuesta en las urnas que sea íntegra, madura, profunda y definitiva.

Para recuperar el futuro de nuestros hijos y de los hijos que de nuestros hijos vengan.

Para fortalecer la esperanza en una tierra formidable, que le ha dado lugar para ser felices a centenares de inmigrantes. Miles de trabajadores que han entregado su vida y esfuerzo. Sudor que en su inmensa mayoría ha quedado en las arcas de las familias de quienes ahora se definen republicanos y liberales, pero que definitivamente desean el gobierno para desconfigurar nuestros legítimos sueños de felicidad y armonía.

Por ello, votemos en paz y en defensa propia.

Para que quienes hacen las cosas sean dueños de todas las cosas.

Para que de una vez por todas intentemos vivir en el Paraíso.

 

martes, 25 de julio de 2023

 

Cariñosamente Evita.

La Bandera de tu Nombre




por Alberto Carbone

 

No tenía entonces, ni tengo en estos momentos, más que una sola ambición. Una sola y gran ambición personal: que de mí se diga cuando se escriba este capítulo maravilloso que la historia seguramente dedicará a Perón, que hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevarle al presidente las esperanzas del pueblo, que Perón convertía en hermosas realidades y que a esta mujer el pueblo la llamaba cariñosamente Evita. 


Rara vez la historia de la humanidad, con sus blanco y negros, con sus avances y retrocesos, se encarga de ubicar en los primeros planos del acontecer, de las decisiones, de las resoluciones más importantes, a una mujer.

Está instalado en el sentido común de la generalidad de los mortales que la historia, constituida por los acontecimientos cimentados a partir del sufrimiento y la lucha, a través del dolor y la sangre, a partir de los pensamientos y la praxis, la hacen los hombres.

Las mujeres, en el mejor de los casos, fueron y son convidadas al disfrute de un mísero coprotagónico, acompañando, acomodándose, al lado de quien se yergue como la figura estelar, el centro iluminado de los sucesos, el mágico hacedor que todo lo transforma a partir de su esfuerzo viril.

El hombre en general tampoco ha tolerado demasiado que la mujer se acomodase al devenir y consecuentemente no ha permitido la participación, no la ha solicitado e incluso en muchas ocasiones la ha impedido.

Sin embargo, la niña de referencia, que nació en los Toldos un 7 de mayo de 1919 y falleció el 26 de julio de 1952, pareció emerger como señalada a otras prácticas, a otras vivencias articuladoras de inesperadas epopeyas.

Resultó evidentemente que la joven Evita no estaba preconcebida para el formato de una niña como cualquier otra.

Porque parece haber sucedido, su usted me permite, hasta podríamos decir casi predestinadamente, que a su propio y lógico deseo de progreso intelectual y material de la mano de su vocación artística, se le apareció como de un rayo, una incipiente pero pertinaz y abrumadora intuición relacionada con la actividad social.

Acontecía en realidad que la joven Evita había padecido durante su corta vida y persistía padeciendo, aquel incontenible despropósito, ese injusto axioma que consignaba que el mundo femenino no era otro que el íntimo, simple y pequeño claustro hogareño.

Evita entonces, en cuanto tuvo menester, deseó y propugnó que la mujer ocupase un rol preponderante en la historia nacional y que su propia, permanente y dedicada acción cotidiana, sirviese como motor generador de cambios sociales que contribuyeran a eliminar definitivamente aquellas injusticias que a todas luces se blandían como congénitas.




A través de su actividad entonces, decidida e implacable, fue alcanzando objetivos que la élite consideraba inapropiados.

Los resultados de su esfuerzo pernearon la realidad. En las elecciones del 11 de noviembre de 1951, por ejemplo, el 63 % de las mujeres votaron por vez primera y acompañaron al entonces Partido Peronista.

Pero a la vez, fue precisamente aquel Partido Político el único que en ese entonces por impulso de Evita promovió la participación femenina en sus Listas.

 En 1953, a través de la voluntariosa entrega personal que desplegara la quien por desventura de algunos había sido hasta su desaparición física la Primera Dama argentina, 23 diputadas y 6 senadoras ocuparon sus bancas.

Esa mujer, despiadada y vengativa para sus opositores, pero a la vez dulce, comprensiva y luchadora amorosa en pos de la dignidad social para con sus seguidores, mantendría viva la constante contradicción de intereses entre la hoy famosa grieta ventilada entre los conceptos de pueblo y oligarquía.

Una tensión real y permanente, que todavía en la actualidad se evidencia dentro de la realidad que viven los países periféricos, desde que el sistema capitalista mundial terminó por consolidarse definitivamente, al compás del triunfo de las sucesivas Revoluciones Industriales europeas.

Escúcheme por favor.

Yo sé que es difícil hablar de la Patria figurativamente e insertar ese concepto en la esencia de un ser humano, de tal forma que un solo individuo lo sintetice a partir de su presencia. Pero en el caso puntual de Eva Duarte, si me permite, vamos a hacer una excepción.

Porque su hálito de vida enraizado alrededor de todos sus avatares, que se tiñen de sinsabores, de esfuerzos y de alegrías, aparece identificado por un confiable y decidido impulso redentor que acomete el futuro y profetiza su confianza en el porvenir y en la dignificación humana.

Evita entregó su vida durante el transcurso de seis años fecundos que demolieron la salud de esa joven mujer y la configuraron en un personaje inmortal.

Evita irradió con su imagen y su acción un perfil de la Patria que nacía diversa, que comprendía aún a regañadientes, que existía un amplio sector social negado a través de los tiempos.




Una ingente muchedumbre ignorada que surgía a fuerza de la salvaje intemperie, “era Subsuelo de Patria profunda” que consignara el propio Scalabrini Ortíz, se trataba de “los Condenados de la Tierra”, descriptos por Frantz Fanon, en definitiva, eran “los Invisibilizados” “mis Grasitas” diría la propia Eva. Hombres, mujeres y niños que reclamaban por hacerse reconocer vivos y además, decididos a negarse a morir.

Esa mujer, tierna e indómita a la vez, que se asomó en los Toldos como la pequeña Evita, se transformó definitivamente en la gran mujer sintetizadora de luchas de tantas otras argentinas que la antecedieron.

Fue así que asombraron a propios y extraños sus actitudes y sus aptitudes, también a los hombres y a las mujeres que la conocieron, que trabajaron junto con ella. Aquellos que de a poco y cotidianamente fueron aprendiendo con esa mujer que la diversidad cultural era un paisaje natural en nuestra Argentina, que la injusticia social una herencia centenaria que postergaba a las grandes mayorías y que el corazón sangrante de millones de seres era un calvario infinito y congénito, causal de dolores mayores para las generaciones sucesivas.

Todos aprendieron con Evita, la joven niña de la tenacidad de fuego, que cuando mujer, como una estrella fugaz, marcó para siempre el cielo de la Argentina. Una mujer indomable y convencida de que la Patria permanece viva en los rostros de quienes cotidianamente se entregan al esfuerzo común por ponerla de pie y sostenerla en andas.

En estos tiempos que corren, tumultuosos, arbitrarios, salvajemente inexplicables, la Nación se yergue siempre a pesar de los vaivenes, aún a costa de quienes son capaces de las peores injurias o de los más salvajes atropellos.

La Patria existe muy a pesar de aquellos que la definen minúscula, representativa de las minorías, celosa defensora de intereses personales o de sector.

Por eso, por sus mártires y por sus héroes, la Patria, la Nación de Evita, no ha muerto ni morirá.

Precisamente es la Patria de Evita la que se yergue vigente en los polifacéticos rostros que esperan y confían.




Porque Evita eterna también sintetiza la Patria. La Esperanza radiante de nuestra gente que es nuestro maravilloso símbolo. El verdadero sinónimo de la Nación.

“Recuperemos con el pueblo la Patria de Evita”. No lo dudemos.

Recordemos siempre y en cada ocasión que existen otros que se dicen argentinos y que paradójicamente sólo desean “evitar la Patria”.

 

miércoles, 12 de julio de 2023

 

 

El Menemismo del Siglo XXI




por Alberto Carbone

 

Si nos decidimos a aseverar que la Clase Media está definida y constituida por un sentimiento aspiracional que atraviesa a diversidad de grupos humanos, podríamos concluir que el interior del cuerpo social argentino se explica por la composición de sólo dos Clases Sociales, a saber, la Baja y la Alta.

La aparición y nacimiento de los Sectores Medios, umbral poderoso y dinamizador, ha devenido en nuestra historia al fragor del impulso de las reformas sociales desplegadas durante la segunda mitad del Siglo XX, acompañando un proceso revolucionario y transformador, por el cual innumerables sectores emergentes fueron adoptando valores y conductas de los grupos mejor ubicados en la escala social, haciendo propios paulatinamente sus deseos, sus ansiedades y cavilaciones.

Aquella abigarrada masa humana se fue generalizando e introduciendo una específica mentalidad de progreso e ilusión de bienestar, que se distendió tanto entre obreros, empleados y profesionales.

Tal vez sea por ello que en la actualidad existen innumerables argentinos que independientemente del rol social que ejercen se definen como integrantes de la Clase Media.

Nuestro país está en las vísperas de ingresar a otro ciclo vibrante y elocuente de su historia económica. Esto es así porque afortunadamente ha recuperado “las joyas de la abuela”.

Sin embargo, un aletargado temor nos acecha.

Es urgente y perentorio que la inmensa Clase Media advierta que volver al Menemismo equivaldría a desandar la Historia. Ese retroceso imperdonable significaría reconocerse como un país pobre y sin recursos dependiente de las migajas de algún Ser Superior o aceptar la incapacidad de usufructuarlos para beneficio de las mayorías.

¡Por ello es imperioso que volvamos a ser “el país de la Clase Media”!.

¡No le entreguemos nuestra Patria a un reducido grupo de interés para que los recursos económicos de la Patria redunden en  beneficio de las minorías!.

 

Aquel importante y significativo bagaje de recursos económicos y productivos que poseía nuestro país en su haber en la década de los ’90 y que fuera vilipendiado, cedido, regalado o mal vendido por la administración del ex presidente riojano, está siendo recuperado gradualmente en la actualidad por la novedad central y por el fortuito hallazgo en reservas de gas y de litio, que posiblemente puedan derivar en una espléndida recuperación del patrimonio nacional y coadyuvar paulatinamente a la estabilización y fomento de la industria, de la exportación y del incremento del mercado interno de consumo.

La concreción de estos logros, transformándolos en beneficio para los connacionales puede alcanzarse merced a una efectiva decisión política, sostenida por el gobierno a través de un idóneo manejo del Estado, que redunde directamente en políticas de redistribución y favorezca al ciudadano común a estabilizar su economía doméstica.

También puede suceder lo contrario dependiendo de quienes manejen los resortes de la política futura.

Recuerde por favor, que Menem entregó al mejor postor aquellos recursos que poseíamos y los resultados se manifestaron posteriormente en forma estrepitosa. Esto fue así porque al ceder a las intenciones de las empresas extranjeras sin control, aceptando solamente que los usufructos se convirtiesen en sus beneficios, “las joyas de la abuela” de aquel entonces se dilapidaron. En esta oportunidad nos puede suceder lo mismo. Esto es, que vuelvan a perderse nuestras ventajas comparativas, envueltas en las aspiraciones de quienes solo están dispuestos a satisfacer sus propios negocios.

El resultado fue que el Menemismo traicionó, defeccionó, derrumbó los ideales de dignidad y de justicia social en pos de su propia satisfacción y de espaldas a la construcción de un proyecto de Nación.

Por ello en la actualidad, ante la situación internacional, frente a los problemas sociales acuciantes de nuestro país, arrinconados por la “espada de Damocles” que significa la deuda externa que nos proveyera Macri, estamos ante la irrupción de dos “Modelos de País”.

Volver al Menemismo entregando a las grandes compañías internacionales nuestro nuevo tesoro, o recuperar la estabilidad y la soberanía manejando nuestros propios recursos, acompañando a un gobierno de fuerte raigambre nacional.

Si hace memoria podrá recordar que la Clase Media fue demolida en los años ’90. ¡Pero usted sabe que es lo mismo que logró Macri en su gobierno!.

Cuando Macri ganó la Presidencia a través de promesas engañosas, un porcentaje elevado de sufragios compraron sus premisas. Actualmente, ese mismo grupo político, desembozado, frio y equidistante de los intereses de los Sectores Medios, adelantan lo que harán si llegan al Poder. Esta vez no les temblará el pulso. Van a entregar todos los bienes del Estado por migajas y con el objeto de satisfacer sus apetitos personales. Esa circunstancia les granjeará un período de estabilidad económica, que se sostendrá en el tiempo mientras las migajas alcancen.

¡Lo mismo que hemos vivido con la administración Menem!.

¡Por eso mismo la derecha vocea un “Cambio” que jamás explicita!.

Recuerde al Menemismo: “Todo lo que debería ser del Estado dejará de serlo”, dijo Dromi, en aquella oportunidad, acompañado por el ex presidente riojano.

¡Usted recordará!.

¡Hoy vienen por lo mismo!.

 Quienes pertenecemos a la inmensa Clase Media del país, solamente propugnamos vivir bien, si no se puede mejor. ¡Pero no empeorar!.

Si estos últimos recursos económicos  vuelven a ser mal vendidos, lo único que recuperaremos es la debacle.

Yo sé tanto como sabe usted que el gobierno de Alberto Fernández decepcionó.

Pero reconozco también que padeció “las siete plagas de Egipto” y si no son siete con las que hubo alcanzaron para frenar desde el comienzo el primer impulso.

Recibió una deuda externa con el FMI, resuelta por Macri sin consultar al Congreso de la Nación, que es cuantiosa e imposible de abonar en los términos que el ex presidente aceptó pagar.

Soportó la hecatombe mundial devenida del proceso del Covid, que derivó en cuantiosas inversiones para el Sistema de Salud y en la desaceleración de la actividad económica.

Padeció las secuelas de la guerra Rusa Ucraniana que trastocaron los precios internacionales de todos los productos negociables.

Vivenció la peor sequía en años que hubo soportado el país, languideciendo su capacidad de exportación y el volumen de producción anual.

Además hubo desmanejo y errores, también es importante decirlo.

¡¡Imagínese lo que hubiera pasado con el país si estos cuatro años hubieran estado a cargo de Cambiemos!!.

Ante la falta de ideas y de proyectos de país del Frente Político financiado por el Poder económico concentrado, conformado por los ex radicales dueños del viejo sello partidario y los intelectualmente limitados del Pro, sólo se les ocurrió hacer crecer una oferta electoral por derecha, para propender a captar a los votantes más jóvenes y así intentar restarle posibles nuevos apoyos al Peronismo.

¡Pero ese proyecto insípido también disparó en contra de ellos mismos!.

¡El candidato novato acusó y vociferó en contra de todos, propios y extraños!, subió en las encuestas al calor de la propaganda de los Medios afines y el corolario fue que hizo languidecer la intención de voto de quienes lo habían parido!.

A raíz de ello, sus progenitores promovieron desesperadamente su destrucción, intentando que se desmorone en las encuestas y generando en la opinión pública el descreimiento hacia el nuevo oferente. El objetivo desesperado fue recuperar los posibles votos perdidos en el saco roto del flequilludo.

Porque en realidad, el auténtico proyecto se lo guardan para ellos, lo reservan, no lo cuentan, porque es un proyecto que defiende y define un grupo de interés.

De ninguna manera es una propuesta para el bien general de la ciudadanía.

Mientras tanto, las legítimas aspiraciones de la Clase Media siguen esperando.

¿Usted se dio cuenta que desde hace más de setenta años, tanto un profesional como un obrero fabril poseen aspiraciones de Clase Media?.

¡Eso es así porque el Peronismo es el único sector político que desea que la gran mayoría del país desarrolle en términos aspiracionales los deseos de la Clase Media!.

¡Cambiemos no!. ¡Juntos por el “Cargo” no!.

¡Ellos necesitan que el costo de la economía los pague la Clase Media!.

 ¡ Y que se beneficie la Clase Alta!.

¡ Además están decididos a que desaparezca la Clase Baja!.

¡Piénselo por favor!.

¡El Voto es la única herramienta institucional que poseemos para lograr nuestra auto defensa!.

¡Más que nunca necesitamos estar Unidos en favor de la Patria!.

¡Porque la Patria somos nosotros, los que trabajamos, quienes queremos vivir mejor!.

¡Somos nosotros quienes no queremos que los beneficios se concentren en un mísero grupo de argentinos que desean tomar las riendas del país para su propio beneficio!.

¡Por eso la derecha se auto titula “Juntos por el Cambio”!.

Cambiar definitivamente el país para destrozar la Dignidad, destruir para siempre los Derechos Laborales, desfinanciar la República mal vendiendo la “joyas de la abuela” en detrimento de toda la población trabajadora y en beneficio de su sector selecto.

Este año 2023 es un tiempo de quiebre.

¡Nunca mejor elegido el nombre de Unidos por la Patria!.

 ¡Nuestra unidad de conciencia en favor de nuestros hijos y nietos deberá devolvernos el orgullo de sentirnos argentinos!.