El Mesías de cartón piedra.
por Alberto Carbone
Lamentablemente el
electorado argentino demostró su propia limitación intelectual al imponer en el
podio triunfal a este pobre muchacho, esperpéntico
y lastimoso.
De todas formas creo
advertir fácilmente que Milei está haciendo su agosto.
Además creo entender
también que aquellos quienes lo acompañan gustosos en este inveterado
sacrificio administrativo político lucran con jugosos beneficios.
Porque estoy seguro, definitivamente,
como seguro lo está usted también, que nada es por nada, que nada es gratis en
esta vida.
Ahora recuerdo: Es como
dijo cierta vez el gran Groucho Marx:
“Yo sé que existe otra
vida, pero es muy cara”
¡¡¡Cómo no darme cuenta que
efectivamente es así, si con el pretexto de defender a la gobernabilidad, existen
funcionarios legislativos que acceden a servir a la portentosa y bien
publicitada “Causa del Cielo” y por ello se justifican a sí mismos y votan la
Ley Ómnibus sin siquiera haberla leído.
¡¡¡¡Ojo que es tal cual. No
la leyeron!!!
Estoy seguro que además y
en primer lugar rige para los unos y para los otros el “Sagrado Interés
Pecuniario” de ciertas mujeres y ciertos hombres que aceptaron ese cargo
electivo para precisamente y por fin solucionar su futuro económico.
No hay mucho que rebuscar,
Sr. Sra. Piénselo. ¡¡¡Si esto sucede en nuestro propio Distrito!!!.
Fíjese en la ultimísima boleta
de Cambiemos, que usted quizá tuvo ocasión de votar, ¡¡Dios no lo permita!!!.
¡¡¡Observe los personajes
ingresados en ella, sus distinguidos participantes, sus aptitudes, sus
ponencias, sus conocimientos respecto de nuestra Jurisdicción!!!.
Por eso es principalísimo
preguntarse una vez más, si usted me permite, hasta dónde nos sirve este
Sistema Eleccionario denominado pomposamente "Democracia Liberal Representativa".
¿Hasta dónde? ¿Usted se lo
preguntó?
Si ya sé. Si votó a Milei y
antes lo hizo habiendo apoyado al abombado con título universitario comprado
por el papi, sabemos que en realidad nada se pregunta. Y en consecuencia habrá
emitido su voto tomando en consideración la “sugerencia de algún Medio periodístico
concentrado”, algún pseudo periodista enfrascado como crítico político y nada
más.
Como es el caso de Luisito
Majul, quien antes de hacerse “amigo” de la rutilante Casta de Poder económico,
firmó un libro como si se tratase de su autoría titulado: “Los Dueños del Poder”,
en el cual criticó a los Macri, a los Bulgheroni, a los Rocca, etc. ¡¡Está
escrito. Solamente hay que conseguirlo!!!
O el caso puntual de
Alfredo Lewkowicz, conocido como Leuco, que firmó como de su autoría, un libro
titulado “Los Herederos de Alfonsín” y que dedicó a las Madres de Plaza de
Mayo.
Si. Ya sé lo que está
pensando. Eran otras épocas, otras edades y también porque no, otros bolsillos.
Por eso es que si
advertimos efectivamente la existencia de dos Modelos de país, entonces deberemos
hablar desde el otro lado de la grieta. Para lograrlo es imprescindible recabar
opinión de quienes son capaces de pensar.
Así de simple. Los que
evalúan y razonan el sufragio que emiten y que por consiguiente NO votaron a
estos sátrapas.
Porque estos “locos sin
carnet”, como diría Serrat, son todopoderosos económicos sin especulación, que actúan
sin red de contención para nadie, que pretenden absorber para sus mandantes toda
la renta del país a costa de la supervivencia del resto de la gente, de la
mayoría que nada les importa.
Ni siquiera les importa la
simbología nacional y los valores que representa. Son capaces de entregar el
territorio y sus riquezas si “el negocio particular y privado les cierra”.
Se trata de seres
enceguecidos por el Poder al punto de contradecirse con quienes en otras
regiones del Globo deberían coincidir ideológicamente.
Porque una cosa es cierta. La
Derecha internacional es nacionalista.
¡¡¡NO es como Milei. ¡¡¡No
es como el abombado con título universitario comprado por el papi!!!
Por ello, este muchacho,
subido al trono transitorio de una monarquía barata de la que se cree poseedor,
no es otra cosa que un pobre infeliz cumpliendo con los designios de la
verdadera "Casta".
Asume el gobierno a través
del voto de millones de necios anti peronistas que ignoran porque se oponen,
para cumplir los mandamientos del sector social y económico que lo banca y le
impone las decisiones que debe tomar como Presidente para beneficio de sus
jefes.
Lamentablemente, debo
reconocer con dolor que tengo una corazonada que no me satisface porque es muy
pesimista.
Creo que desenfundando la
billetera, Milei y su mesiánicos van a alcanzar
a comprar los favores de esta oposición suave que lo legitima a cambio de
dádivas y para cuando nos queramos acordar, el país va a terminar sumiso,
entregado, regalado a los intereses multinacionales.
Es que este corolario se comparece
con el designio de los pequeños grupos de Poder que escribieron la Constitución
de 1853 a su imagen y semejanza.
La Constitución de 1853 no
fue otra cosa que la consagración del proyecto de la Argentina agrícola ganadera
desplegada en toda su extensión con el objeto de satisfacer el provecho del
mercado de consumo mundial, haciendo trabajar esas vastas extensiones por medio
de mano de obra inmigrante, gente de bien y desesperada que comenzaba a llegar
al país muerta de hambre y mal remunerada, que aportó a la consolidación de un
proceso que se extendería bien entrado el Siglo XX.
Esa fue la proyección en
1853 que sorpresiva y paradójicamente se desmoronó en 1943 con el advenimiento
del Peronismo.
Por ello todavía hoy, la
sociedad civil continúa siendo bombardeada a partir de la utilización de infundios
y blasfemas en contra del Peronismo, al que han bautizado con el título de Populismo,
para desacreditarlo y estigmatizándolo como si se tratase del mal originario de
todos los males terrenales.
Mientras tanto, el “Mesías
de cartón piedra”, se enseñorea ante la opinión pública y permanece valorado
por la opinión publicada.
Mientras tanto, los alter
ego de los señores con auténtico Poder económico se protegen con sus cargos
electivos o nombrados por el Ejecutivo y blasfeman contra el Peronismo para
justificarse y ensombrecer u ocultar sus propias atrocidades.
Mientras tanto nosotros,
lamentando esta triste realidad, apesadumbrados por el presente pero encendidos
por la posibilidad de un futuro esperanzador, apostando fervientemente a que la
conciencia ciudadana se restablezca, seguiremos repitiendo la frase imponente
del gran escritor español Don Miguel de Cervantes Saavedra, en su novela
inmortal, Don Quijote de la Mancha:
“Cosas Veredes Sancho que
non Saperes”