Los mapuche debajo de la almohada

 

por Alberto Carbone

Ven. Observan, advierten
Patricia desbarranca paso a paso.
Cada paso...etc, etc..
Esto es lo que les vengo diciendo..
Cuando no existe nivel intelectual ni capacidad
para protagonizar una función, es el país el que
queda al borde de la ignominia.

Ningún funcionario del Peloduro como así mismo
ningún funcionario del siempre caracterizado como
Abombado con título universitario adquirido por el papi,
estuvieron y están capacitados para desarrollar ninguna función.
Esto es así porque el Poder Concentrado necesita estúpidos
que lleven adelante sus mandamientos, sin cuestionar nada.

¡¡¡Y son muchos los babiecas que deben erigir en los cargos!!!
¡¡¡Son muchos cargos!!!
¡¡¡Por eso tienen los candidatos que tienen!!!!.
Tienen que ser ineptos y creerse inteligentes.
Por consiguiente animarse a ejecutar la obligación que se les ordene.

¡¡¡Fíjese usted por favor!!!!
¡¡No me crea a mí a pie juntillas, como decía mi abuela!!!
Repase usted mismo las listas de candidatos a diputados, a senadores,
a concejales, que evidenció el Abombado y el Peloduro.
Nnguno de ellos o de ellas, en ninguna Cámara Honorable que ocupen,
son capaces de hablar por sí mismos sin recibir previamente la orden
respectiva con la intencionalidad de sus mandantes.

NO se les cae una idea ni por casualidad.
Viven a la espera de esas órdenes que los legitime y los haga vivir.
Casi una tautología.
Pero ellos no saben ni siquiera lo que quiere decir el término
Lo peor es que lo que sí saben es para qué función obtuvieron el cargo.
Eso lo saben y lo callan. Porque en definitiva hacen su agosto y cobran.

Pero sabe que pienso. Debo hablar así porque en realidad debo sangrar
por la herida.
Mejor no me haga caso.
Seguro debo estar equivocado y los funcionarios de marras deben ser
inteligentísimos.
Además Patricia Bullrich con su elocuencia y capacidad, debe saber bien
de lo que habla.

Debe suceder que nosotros, ensimismados en la férrea y contumaz esgrima
de la oposición debemos decir cualquier cosa.
Y en consecuencia, equivocados como estamos, no hacemos otra cosa que
desvariar por la calle repitiendo aquellos conceptos inmortales que alguna
vez escribiera de Don Miguel de Cervantes Saavedra:
"Cosas Veredes Sancho que non Saperes"