Juan y el Ego

La división del Peronismo para favorecer al Peloduro

por Alberto Carbone

La unidad del campo nacional y popular se logra con consenso.

Hermosas palabras. Pero hay que ponerlas en práctica.

Para ello hay que sublimar los egos.

Los intereses personales.

La creencia de que uno es más capaz que los demás.

La subestimación del otro.

Juanchi Zabaleta se entusiasmó con tener un Ministerio nacional en el gobierno

de Alberto y pidió licencia como Intendente.

Resultó ser que la Cámpora avanzó en SU Distrito y él no pudo, no supo, no quiso permitirlo.

¡Acá mando yo!. Parece que dijo.

Y como en el Ministerio muy bien que digamos no le iba, decidió retornar a Hurlingham y recuperar protagonismo.

Esto es así.

Esto sucedió.

Ahora que hable de que la Cámpora hace Peronismo Kodak, que se regodee prometiendo un proyecto inclusivo, de lo que quiera, para justificar que en definitiva, es el ego quien puede más que cualquier otra cosa.

Le sugeriría a Juancho que mire San Martín.

Que alguna vez piense en el otro.

El Peronismo es de todos, No tuyo o de Guillermo.

¡Otro que parece que tiene el Peronómetro!.

Katopodis, por ejemplo es, en ese sentido un espejo en el que deberían mirarse varios.

San Martín también tiene a la Cámpora. ¡Ojo!.

Porque están en todos lados.

¡Los "zurditos peronistas" no viven todos en Hurlingham!.

Pero Kato propuso el diálogo, el consenso.

Privilegió el Proyecto Político.

Los resultados están a la vista.

Pero no hay caso vió.

Todavía existe gente que prioriza su YO antes que al futuro político de las mayorías.

Sabe una cosa. Para mí son mileistas a su manera.

Por eso debe ser tan difícil arrancar un proceso armónico de unidad sin confrontación.

¿Qué puede suceder si se divide el Peronismo?.

¿La Cámpora alineada con la izquierda?.

Por otro lado, ¿Zabaleta, el Massismo, Urtubey, Pichetto, Moreno, todos juntos?.

¡Divide y reinarás!

¡Divide et imperat!. Julio César.

¡Julius Caesar!

Una frase antigua que muy bien se acomoda a la actualidad y a los bolsillos de algunos.

Por eso también, nosotros miramos la realidad y acongojados, una y otra vez repetimos las brillantes palabras del genio de Lepanto desplegadas en su obra cumbre conocida popularmente como el Don Quijote de la Mancha:

"Cosas Veredes Sancho que non Salperes"