jueves, 10 de marzo de 2016

Los Dipubuitres




Por Alberto Carbone      

Recuerda lo que vimos alma mía, esa mañana de verano tan dulce, a la vuelta del sendero una carroña infame en un lecho sembrado de guijarros
Charles Baudelaire

Lo que va a suceder el martes 15 de marzo en la H. Cámara de Diputados de la Nación, será seguramente la aprobación de la Ley más oprobiosa que haya acontecido en nuestro país a lo largo de tantos años de Democracia.
Los Diputados Buitres lo saben. Casi nadie que vive hoy del Sistema Democrático es estúpido.
Con la justificación de que la Argentina debe reingresar al mundo, a colmarse de capitales internacionales que inviertan y generen trabajo genuino en el país, los Dipubuitres van a habilitar con su voto el respaldo al gobierno PROendeudamiento, para que en nombre de la Nación Argentina paguen a los holdouts el dinero que los propios holdouts reclamaron y más aún.
Estos funcionarios están convencidos de que hay que pagar lo que sea necesario para demostrar la buena voluntad y excelente predisposición de nuestro noble país de salir de esa mala consideración mundial a la que nos ha expuesto el gobierno anterior.
Pero, en este tema hay un problema para la actual gestión y ese problema no es tan sencillo de eludir.
La mitad de la opinión pública ha aprendido que los cambios producidos por la década Kirchnerista han transformado el país y esa situación la defiende y no se resigna a perderla.
En consecuencia, da la impresión de que la gente ya no otorga “cheques en blanco” y que el resultado de la aprobación de esta Ley de pago a los Buitres se va a hacer sentir en el corto plazo, por las reacciones del grueso de las personas perjudicadas.
A manera de ejemplo: El cincuenta por ciento del electorado votó por la continuidad del Kirchnerismo y por ahora soporta que un grupo de diputados se haya apartado del nucleamiento y formado otra bancada sin ninguna justificación concreta, sino aduciendo falta de dialogo entre ellos. Pero la conclusión práctica del apartamiento es que están preparados para votar junto al oficialismo.
Este grupo de Diputados que se dicen peronistas, deberían renunciar a sus bancas, porque claramente no se los ha elegido para que formen un grupo aparte, sino para que confluyan en una opinión común de una misma bancada opositora.
Ellos lo saben bien. No estamos descubriendo nada si advertimos otros intereses envueltas en estas decisiones.
¿Qué subsiste detrás de todo esto?
¿Qué intereses reales esconden los dipubuitres seudoperonistas para borrar con el codo lo que escribieron con la mano?.
Mientras tanto, el país se desangra. La decisión es achicar su economía, perforar la demanda, cerrar fábricas, cubrir con importación las necesidades de los sectores sociales más acomodados. Así y todo, agachando la cabeza y endeudándonos, el país no es beneficiado con tasas bajas.  La toma de deuda que proyecta el gobierno es superior al siete por ciento anual, cuando el Perú se endeudó al cuatro y Colombia al cinco.  El año pasado el gobierno anterior tomó deuda al ocho por ciento y fue criticado por la actual administración por considerarlo una tasa alta. Es que los Mercados no querían a la Argentina, porque nuestro país no se resignaba a pagar lo que determinara Thomas Griesa. Hoy, que Macri y sus Dipubuitres practican la genuflexión, nos anticipan una tasa parecida a la del año pasado.
Igual, los Macridiputados, enviciados de poder y ávidos por demostrarle al mundo y a la sociedad civil nacional que son excelentes cortesanos pagadores, cierran los ojos y pagan.
¿Y la gente común?
¿Quién se acuerda de la gente común?.
A los diputados autoproclamados peronistas, a quienes no se les va a caer la piel de las manos cuando voten en contra de los intereses nacionales, parece que no les aparece en su imaginación los rostros de los más pobres, los ojos de quienes pagarán con el hambre las decisiones del Honorable Congreso.
¿Y ustedes piensan que estos Diputados no lo saben?.
¿Ustedes creen que no lo calculan?.              
Calculan la cantidad de fábricas cerradas, la gente sin trabajo, calculan el crecimiento de los que se instalarán en situación de calle. Todo lo calculan y lo saben. Pero el cálculo más importante para ellos es otro. Más introspectivo, directo, que tiene que ver con su íntima situación personal.
Algunos Dipubuitres son de raíz sindical. Digo de raíz y no de origen. Porque si bien representan tal o cual Sindicato, jamás han sido trabajadores en ese sector. Y hoy están allí, elevando su voz en nombre de miles de hombres y mujeres a los que denominan compañeros. Esos representantes sindicales son los que van a levantar la mano, los que van a votar en favor de que la Argentina se endeude, amparándose en una representación que dicen tener  ¡y que tienen!. Una representación que es legal pero no legítima. Porque la deuda que votan esos Dipubuitres la van a pagar sus representados. Ellos no, que va, ellos solo votan y lo están haciendo por la Nación, ¡para que el país ingrese al mundo!. El país va a ingresar al mundo y sus habitantes nos vamos a caer de él.
La verdad, por más que se oculte a la razón de las grandes mayorías, termina por aparecer mostrándose en su máximo esplendor. Cierta vez, el político más popular de la Argentina dijo que la mentira no puede sostenerse por mucho tiempo.
La gente puede estar confundida todavía hoy, pero esto recién empieza. ¡Qué pasará cuando la civilidad descubra la gigantesca farsa encubierta entre globos de color amarillo!


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