Los Dipubuitres
Por
Alberto Carbone
Recuerda lo que
vimos alma mía, esa mañana de verano tan dulce, a la vuelta del sendero una
carroña infame en un lecho sembrado de guijarros
Charles
Baudelaire
Lo que va a suceder el martes 15 de marzo en la H. Cámara
de Diputados de la Nación, será seguramente la aprobación de la Ley más
oprobiosa que haya acontecido en nuestro país a lo largo de tantos años de
Democracia.
Los Diputados Buitres lo saben. Casi nadie que vive hoy
del Sistema Democrático es estúpido.
Con la justificación de que la Argentina debe
reingresar al mundo, a colmarse de capitales internacionales que inviertan y
generen trabajo genuino en el país, los Dipubuitres van a habilitar con su voto
el respaldo al gobierno PROendeudamiento, para que en nombre de la Nación
Argentina paguen a los holdouts el dinero que los propios holdouts reclamaron y
más aún.
Estos funcionarios están convencidos de que hay que
pagar lo que sea necesario para demostrar la buena voluntad y excelente
predisposición de nuestro noble país de salir de esa mala consideración mundial
a la que nos ha expuesto el gobierno anterior.
Pero, en este tema hay un problema para la actual
gestión y ese problema no es tan sencillo de eludir.
La mitad de la opinión pública ha aprendido que los
cambios producidos por la década Kirchnerista han transformado el país y esa
situación la defiende y no se resigna a perderla.
En consecuencia, da la impresión de que la gente ya no
otorga “cheques en blanco” y que el resultado de la aprobación de esta Ley de
pago a los Buitres se va a hacer sentir en el corto plazo, por las reacciones
del grueso de las personas perjudicadas.
A manera de ejemplo: El cincuenta por ciento del
electorado votó por la continuidad del Kirchnerismo y por ahora soporta que un
grupo de diputados se haya apartado del nucleamiento y formado otra bancada sin
ninguna justificación concreta, sino aduciendo falta de dialogo entre ellos.
Pero la conclusión práctica del apartamiento es que están preparados para votar
junto al oficialismo.
Este grupo de Diputados que se dicen peronistas,
deberían renunciar a sus bancas, porque claramente no se los ha elegido para
que formen un grupo aparte, sino para que confluyan en una opinión común de una
misma bancada opositora.
Ellos lo saben bien. No estamos descubriendo nada si
advertimos otros intereses envueltas en estas decisiones.
¿Qué subsiste detrás de todo esto?
¿Qué intereses reales esconden los dipubuitres seudoperonistas
para borrar con el codo lo que escribieron con la mano?.
Mientras tanto, el país se desangra. La decisión es
achicar su economía, perforar la demanda, cerrar fábricas, cubrir con
importación las necesidades de los sectores sociales más acomodados. Así y
todo, agachando la cabeza y endeudándonos, el país no es beneficiado con tasas
bajas. La toma de deuda que proyecta el
gobierno es superior al siete por ciento anual, cuando el Perú se endeudó al
cuatro y Colombia al cinco. El año
pasado el gobierno anterior tomó deuda al ocho por ciento y fue criticado por
la actual administración por considerarlo una tasa alta. Es que los Mercados no
querían a la Argentina, porque nuestro país no se resignaba a pagar lo que
determinara Thomas Griesa. Hoy, que Macri y sus Dipubuitres practican la
genuflexión, nos anticipan una tasa parecida a la del año pasado.
Igual, los Macridiputados, enviciados de poder y
ávidos por demostrarle al mundo y a la sociedad civil nacional que son
excelentes cortesanos pagadores, cierran los ojos y pagan.
¿Y la gente común?
¿Quién se acuerda de la gente común?.
A los diputados autoproclamados
peronistas, a quienes no se les va a caer la piel de las manos cuando voten en
contra de los intereses nacionales, parece que no les aparece en su imaginación
los rostros de los más pobres, los ojos de quienes pagarán con el hambre las
decisiones del Honorable Congreso.
¿Y ustedes piensan que estos
Diputados no lo saben?.
¿Ustedes creen que no lo calculan?.
Calculan la cantidad de fábricas
cerradas, la gente sin trabajo, calculan el crecimiento de los que se
instalarán en situación de calle. Todo lo calculan y lo saben. Pero el cálculo
más importante para ellos es otro. Más introspectivo, directo, que tiene que
ver con su íntima situación personal.
Algunos Dipubuitres son de raíz
sindical. Digo de raíz y no de origen. Porque si bien representan tal o cual
Sindicato, jamás han sido trabajadores en ese sector. Y hoy están allí,
elevando su voz en nombre de miles de hombres y mujeres a los que denominan
compañeros. Esos representantes sindicales son los que van a levantar la mano,
los que van a votar en favor de que la Argentina se endeude, amparándose en una
representación que dicen tener ¡y que
tienen!. Una representación que es legal pero no legítima. Porque la deuda que
votan esos Dipubuitres la van a pagar sus representados. Ellos no, que va, ellos
solo votan y lo están haciendo por la Nación, ¡para que el país ingrese al
mundo!. El país va a ingresar al mundo y sus habitantes nos vamos a caer de él.
La verdad, por más que se oculte a la
razón de las grandes mayorías, termina por aparecer mostrándose en su máximo
esplendor. Cierta vez, el político más popular de la Argentina dijo que la
mentira no puede sostenerse por mucho tiempo.
La gente puede estar confundida
todavía hoy, pero esto recién empieza. ¡Qué pasará cuando la civilidad descubra
la gigantesca farsa encubierta entre globos de color amarillo!
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