domingo, 30 de diciembre de 2018


El Gigante Hidrocefálico

 


Por Alberto Carbone

 

En algunas Notas anteriores, denominadas con título similar al actual,  hemos delineado las particulares características de la diagramación política evidenciadas por nuestro país a lo largo de su evolución histórica y llegado a la conclusión palmaria de que el sobredimensionamiento de su centro de Poder, localizado en la provincia Puerto de Buenos Aires, ha caracterizado la concentración de las decisiones políticas y económicas de todo el país a lo largo de los últimos trescientos años.

Esta concentración fue y es determinante, debido a que aún hoy delinea claramente los intereses de grupo que se evidencian en relación con los objetivos de los sectores sociales que neutralizan el acceso a la actividad económica única y eficiente que controlan, en desmedro de los demás núcleos sociales, prestadores simbólicos o directos de servicios a los factores de poder real.

El Puerto actúa desde tiempos inmemoriales como palanca transmisora del poder económico, que desde la ciudad centro se irradia caprichosa e impune hacia el interior del país. Esta expansión se efectúa de acuerdo con los intereses de quienes monopolizan las decisiones y controlan el acceso a la producción y al dinero.

De la misma forma acontece con respecto al proceder de los países centrales del sistema Capitalista, que a lo largo de su historia operan sobre las economía emergentes, regulando su desenvolvimiento, controlando su acceso a la inversión y su capacidad de autonomía económica de crecimiento. De la misma forma, también la ciudad Puerto de Buenos Aires y eventualmente y según la etapa histórica, toda la provincia homónima, ha concentrado el poder económico y las decisiones de ingreso de capital desde el centro hacia el interior o periferia.

Las circunstancias que motivaron esta singular organización política y económica del país de los argentinos, está evidenciada en su ADN original.

El nacimiento del Virreinato del Río de la Plata en 1776, fecha paradójica, año de la declaración de la independencia de los EE.UU de América, reflejó la necesidad de la Corona Española de controlar el acceso de mercancía que ingresaba de contrabando al continente a través del Puerto de Buenos Aires.

En el año 1776, los españoles propiciaron una fuerte organización burocrática en Buenos Aires y decidieron su financiamiento a través de los recursos inyectados por la producción de la mina de Potosí.

La ciudad de “Santa María del Buen Aire”, a orillas del Rio marrón de amplio estuario natural, sin recursos económicos propios o autónomos, se transformó en cabeza virreinal a partir de los aportes de extracción minera llegados de la ciudad del cerro de la plata. Mineral utilizado para financiar los altos costos de la inmensa burocracia de funcionarios con asiento en el último Virreinato creado en el cono sur de América, con la firme intención de abortar el tráfico de mercancías de contrabando que ingresaban desde Europa.

Contrabando significa etimológicamente, oponerse a la disposición de la Corona. Oposición al “Bando” Real.

El tiempo, la historia, los hombres y mujeres protagonistas de sus avatares, transcurrieron.

La Argentina agrícola exportadora de gran crecimiento en el mercado mundial a comienzos de Siglo XX vio frenada su expansión cuando la economía planetaria sucumbió al compás de la caída de Wall Street en el año 1929.

La crisis norteamericana clausuró el flujo de divisas y el intercambio a nivel mundial, provocando un fuerte receso en la circulación de productos, corroyendo la fluida actividad entre los continentes.

Los países que más dependían de esa relación eran y siguen siendo hoy los proveedores de materias primas.

A partir de 1930, la Argentina se vio envuelta en un proceso político que destruyó su incipiente democracia, con el golpe de Estado contra la UCR e Yrigoyen, quien ostentaba el gobierno.

El golpe de Uriburu de 1930 fue rápidamente sustituido por el gobierno electo del general Agustín P. Justo dos años después, quien asumió a través de la proscripción de la UCR. Pero esta es otra historia.

Lo cierto fue que el ministro de Economía de entonces, el Dr. Federico Pinedo, abuelo del actual senador homónimo, pero muy distinto fisonómica e intelectualmente, tuvo la capacidad de leer la situación social mundial y abocó por consolidar una rápida salida económica del país, adoptando el Plan de Sustitución de Importaciones. De esa forma, la cuantiosa masa de mano de obra desempleada a consecuencia de la merma que generaba la actividad agrícola para la exportación, podía acceder a un salario obrero en las novedosas industrias que surgían y que proveían al mercado interno aquellos productos que no ingresaban por importación.

El Dr. Federico Pinedo motivó suficientemente a los capitalistas locales para que invirtieran en la consecución de este Programa, advirtiendo que sólo sucedería hasta que la “gran rueda maestra del Capitalismo mundial, en el cual la Argentina era apenas un engranaje, volviera a circular”.

Lo concreto fue que los nuevos emprendimientos fabriles se asentaron en su inmensa mayoría en la gran urbe capitalina y en sus alrededores, lo que hoy conocemos como el conurbano bonaerense.

Grandes flujos de habitantes provincianos llegaron hasta la zona laboral para ofrecerse como mano de obra. Los obreros nuevos, como los denominara Juan Carlos Portantiero, sin pan y sin trabajo, sin educación formal y sin vivienda, se alojaron en humildes tiendas de campaña primero y posteriormente establecieron barriadas humildes, con necesidades básicas insatisfechas, en construcciones de cartón y madera que rápidamente fueron identificadas como “villas de emergencia”.

El tiempo y la historiografía conservadora, asignará a los gobiernos peronistas el surgimiento de las Villas Miseria. Pero eso también es otra historia.

Lo que consideramos preciso destacar en esta Nota es simplemente que la fuerte concentración de Capital y Trabajo asentada en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, propició el tremendo crecimiento demográfico y de capacidad fabril instalada, consolidando una situación de hecho. Esta zona se ha constituido en el más importante aporte al Producto Bruto Interno nacional. La multiplicación y la diversificación de su actividad, caracterizan el área como facilitadora de actividades heterogéneas que debido a la concentración activa y febril, demanda en proporción, la mayor inversión de infraestructura del país.

La concentración económico productiva, sumado a la aglomeración habitacional, condujo a que se evidencien dos realidades dentro de un mismo país.

Capital Federal y Gran Buenos Aires se han conformado en el epicentro nacional, proveedores indispensables de producción y actividad laboral, permanente demanda de inversiones y generadoras de capital de trabajo y de crecimiento del mercado interno de consumo.

Esta es la inmensa cabeza de un gigante, caracterizado por un cuerpo escuálido representado por el resto de las Provincias.

La aspiración mayor es que se establezcan políticas a mediano y largo plazo, que confluyan en el logro de la integración natural y homogénea de todo el territorio, a través de un Proyecto Nacional que lo integre en forma racional, equitativa y armónica, privilegiando las particularidades regionales y sus autonomías.

lunes, 10 de diciembre de 2018


Así Hablaba Don Raúl

Alberto Carbone 

Si Alfonsín viviera, sería democrático

 

 

 

¿Usted se puso a pensar que en la actualidad convivimos con jóvenes adultos que sólo conocen la vida dentro de los parámetros democráticos?.

Era un adolescente en plena dictadura del setenta y seis y los recuerdos perduran.

Los sinsabores y las nostalgias resuenan e intercambian sentimientos, recuerdos, dolores.

No les pasó a todos los miembros de mi generación, Ya sé…Muchos dicen todavía hoy: “A mí no me persiguieron ni me pasó nada”. “No conocí a ningún desaparecido”. “No me enteré de nada”.

 


Bueno. Vio como es la cosa!.... El país tiene ignorantes y necios y sabiondos. Los que se creen que ”la saben todas”…

 

Bueno mire. Esos no construyeron la Democracia. Esos, la están disfrutando gracias a quienes la conquistaron con su esfuerzo, con su lucha denodada, con pasión y convicción ideológica.

Son los que hoy posiblemente no estén con nosotros, pero que han contribuido a que muchos disfruten de este sistema de libertad sin saber muy bien por qué se ha instaurado.

 

La vida es así, Que se le va a hacer…

 

Es paradójico sabe, Porque el propio Raúl Alfonsín advertía respecto del esfuerzo y de la convicción ideológica para conseguir restaurar la Democracia y sostenerla en el tiempo.

 
Ahora es fácil.

Se toma la figura de Alfonsín, se lo esparce muy bien sobre los libros de historia contemporánea argentina, se le incorpora meticulosamente el mote de “padre de la Democracia”, se revuelve prolijamente con los nombres patéticos de los radicales impresentables de la actualidad, y finalmente se consigue con muy poco esfuerzo una vibrante defensa de la libertad e igualdad, bajo la tutela de la imagen prístina de Don Raúl, que justifique a los desvergonzados radicales que hacen su negocio en Cambiemos y que complemente con una escasa justificación política en la ínfima porción de materia gris de un amplio sector del electorado que se auto define como apolítico y vota en consecuencia.

 

La Democracia duele. Costó mucho su recuperación. Miles de obreros en la calle. Miles de desaparecidos. Cientos de negociados espurios en detrimento de las mayorías y en beneficio de las minorías.

Debemos celebrar la Democracia, porque es un acontecimiento gigantesco, sostenerla durante treinta y cinco años.

Pero la Democracia es un proceso, en constante movimiento, porque se va gestando al compás de la vida de sus protagonistas. Por ello se sostiene en el tiempo y a la vez va mutando. Como cada cosa en la vida, como nuestros sentimientos, nuestras convicciones, hasta los valores mutan.

Cuando una sociedad madura, lo que muta enriquece. La sociedad se refuerza. La estructura social se consolida para beneficio de las mayorías. Se disfruta al calor de cada conquista, se vive, se sueña, se realiza.

Por todo ello, me animo a solicitarle que hagamos un verdadero homenaje a Don Raúl. Enaltezcamos como quería él, al Sistema Democrático. Leamos sus discursos. Aprendamos de sus dichos. Democracia es Inclusión decía, es trabajo, salud, alimento.

Eso es la Democracia. Así hablaba Don Raúl. El padre emérito.

 

Rescatemos la Democracia de este badén improvisado que no merecemos. Ni quienes dieron su esfuerzo porque este Sistema de vida perdure lo merecen, ni quienes dieron la vida para que la Democracia sea un triunfo de la conciencia, del esfuerzo intelectual, de la convicción unánime.

Así hablaba Alfonsín. La Democracia fue su desvelo y objetivo.

Muchos argentinos que no conocen otro sistema de vida, tampoco conocen los discursos de Don Raúl.

Lo peor no es que no los conozcan.

El drama es que no les interesa conocerlos.

La tragedia es que sus padres, muchos de ellos, miembros de mi generación, tampoco los conocen….Ignoran….

¿Me entiende?.. Ignoran, y en Democracia, la clave del éxito es el conocimiento.

lunes, 3 de diciembre de 2018


La Conjura de los Necios

Por Alberto Carbone

La sandez de esa gente es tal que aún hoy, si yo dijera que les he tomado el pelo, no me creerían.”
              Umberto Eco.
          El Cementerio de Praga pág. 501.

 

Hace tres años, recuerdo haber escrito una nota con el mismo título. Humildemente, sin grandes estertores, como mero observador de la realidad de entonces, traté de describir la tremenda sinrazón que planteaba el panorama político.

Hace sólo tres años y parece un siglo.

Mucha gente, en aquel momento, se bañaba en las aguas de la “moralina” que inundaba patios, zaguanes, cafeterías, o aquellos lugares donde alguien estuviera leyendo el diario Clarín o mirando TN y consecuentemente se imbuían de la “realidad” que les plantaban los Medios.

Aquellos hombres y mujeres, pertenecientes a la Clase Media, profesionales o miembros del sector fabril, con total ignorancia de lo que significa el tratamiento de la “cosa pública”, acataron el mensaje de los “Medios Concentrados” y decidieron un “Cambio”. Jamás supieron explicar de qué se trataba, pero lo adoptaron como sinónimo de regeneramiento social.

Claro. Usted se preguntará. ¿Cómo puede ser?. ¿Sólo se dejaron llevar por el mensaje de los Medios?. ¿Ese grupo de gente no tiene opinión propia?.

La verdad, a mi modo de ver, es que existe una doble lectura de esa situación.

La presión Mediática fue muy fuerte como para imponer su impronta sobre la sociedad civil más vulnerable ideológicamente. Pero la otra lectura es que invariablemente existe una postura individualista e insolidaria en amplios sectores de nuestra gente.

El votante común, el hombre y la mujer de la calle, vota. Nada más. Esa es la única exigencia de la “Democracia Burguesa”. Pero deberíamos decir que en verdad, para que una democracia se transforme en eficiente y representativa, la participación del electorado debería ser más palpable. Con el voto simple y lavado de un amplio número de personas que emiten el sufragio sin otro conocimiento que la identificación de la ranura de la urna no alcanza. Porque si el votante es un ignorante político y así se califica a sí mismo, es también necesariamente propenso a adoptar y creer a pie juntillas todo lo que los Medios Concentrados opinan. Acto seguido, como lo afirmado sale por la TV se considera prueba de veracidad.

Pero además, esa porción del electorado cree fervientemente en su propia capacidad para salir adelante y ganarse la vida con su propio esfuerzo, sin ayuda del Estado. Y condena a quienes necesitan del salvataje Estatal para subsistir.

Cuántas veces hemos escuchado el viejo apotegma que dice: “no le regales el pescado, dale la caña y enseñale a pescar”.

Primero confunden al concepto de Estado con el de Gobierno. Cuando aclaran sin ayuda estatal quieren decir sin solvento gubernamental. El Estado debe configurar políticas para todos los sectores sociales y los gobiernos deben llevarlas adelante, negarlas o modificarlas.

No pienso escribir sobre este punto, porque es una diferencia pedestre que quienes la ignoran deberán investigar oportunamente y luego votar bien.

Lo que sí quiero dejar en claro es que visualicemos la problemática que se presentará en la próxima votación. Porque existe un núcleo fuerte, preciso y duro de gente que votó en 2015 y 2017 con el convencimiento de que había que fortalecer ese “Cambio” proclamado por los Medios, y ahora el país está en colapso  total aún para aquellos perseverantes votantes. Gente que reconoce que está peor que en 2015, que votó el “Cambio” como le pareció su “leal saber y entender”, que reconoce no estar en tema sobre la cuestión política y que empieza a advertir que el “cuco” derrotado en 2015 puede retornar.

Esta gente que ignora los conceptos: Estado, Nación, Política, Sociedad, Solidaridad, Participación y que es como usted y como yo, que vota y su voto vale uno como el nuestro, que trabaja y su sueldo no alcanza como a nosotros, que quiere ser feliz, tener trabajo, seguridad y bienestar, le quedan sólo dos caminos.

O abandona la postura necia y reconoce su error, aprende que el Neoliberalismo es una troupe de gerentes que hacen negocios para ellos mismos y los erradica del Poder de gobierno, o sin proponérselo le da la razón al general Perón, acepta que el órgano más sensible del Ser Humano es el bolsillo y vota en consecuencia.

 

 

 

 
 

 

 

sábado, 29 de septiembre de 2018


El Inventor del Peronismo.

 

Por Alberto Carbone

 

Oficialmente nació el 08 de octubre de 1895 en Lobos provincia de Buenos Aires. Nuestra investigación ha proporcionado un dato revelador, el General nació el 07 de octubre de 1893 en Roque Pérez, Partido de Saladillo.

A esta altura de los acontecimientos, después de tanta agua que ha corrido por nuestra historia, esta revelación se ha transformado en un dato menor.

En las páginas del libro “Yo Perón”, cuya primera edición vio la luz en agosto de 1993, hemos consignado la mayoría de las vicisitudes por las que ha atravesado el líder popular a los largo de su vida. La proximidad a su persona, la confianza y cotidianeidad que durante largos años hubo obtenido como secretario personal en Madrid don Enrique Pavón Pereyra, nos brindó los datos y documentación precisos para consignarlos.

En esta oportunidad, sin embargo, me atrevo a decirle que considero más relevante su muerte que su nacimiento.

En un país como el nuestro, signado por esa especial inclinación a valorar la pérdida antes que el alumbramiento, donde recordamos a nuestros antepasados en la fecha de su deceso más que por su natalicio, hablar del General el día de su nacimiento es paradójico. Recordemos como ejemplo que solamente a Don José Hernández, padre del maravilloso poema gauchesco, lo rememoramos en la fecha que nació. Para todos los demás reivindicamos su legado el día de su partida definitiva.

Usted se preguntará entonces por qué razón un día como hoy, que rememora su natalicio, yo también me sumo al lamento de su pérdida. Es que el devenir histórico y político de nuestra sociedad, aún añora ese mensaje claro y decidido que el líder nos legara en vida, ese periplo transformador que gestó una nueva Argentina y que derramó sobre las generaciones sucesivas aquella impronta cierta y elocuente de erigir un país próspero y alentador que proclamara al mundo que aquí, en el cono sur olvidado, una Nación libre y soberana era capaz de crear su propia grandeza.

La verdad es que “todos recordamos a Perón”, entre paréntesis, así se podría haber titulado esta nota. Decía, nos acordamos de él propios y extraños, porque en definitiva su accionar ha dejado huella en cada uno de nosotros. Para bien o para mal.

Aquellos quienes solamente piensan en su crecimiento patrimonial, en su propio beneficio económico, en la felicidad traducida por las variables beneficiosas del Mercado, para ellos, seguramente Perón es recordado como una maldita experiencia. Algunos no saben explicitarlo, tal vez por ignorancia, quizá por necedad, el grave dilema de un sector importante de la clase media que se apropia de los beneficios que otorga una política populista pero a la vez formula una fuerte crítica, sin ambages, convencida de que debe oponerse a cualquier decisión que perjudique a los sectores de mayor ingreso económico nacional, porque es a ellos a los que aspira  parecerse.

La clase media argentina, hija directa de los inmigrantes pobres, explotados por el sector social que en la actualidad, los descendientes de los inmigrantes defienden, admiran y desean asemejarse. La clase media nacional, de los cuales muchos de sus profesionales no comentan siquiera que sus abuelos europeos llegaron muertos de hambre al país, analfabetos, desquiciados por la ausencia de futuro en su país natal y que sin embargo pudieron darle salud, calidad de vida y educación a sus hijos y nietos, gracias a políticas redistributivas fomentadas por gobiernos populistas y contrarios a los intereses de los sectores sociales explotadores de sus abuelos.

Esto que le cuento, en mi país y en Europa se denomina ignorancia y si usted se empeña en no reconocerlo, lo suyo es necedad.

Pero “volvamos a Perón”, así también podría haberse titulado esta columna. Porque la gente del común, usted y yo por ejemplo, ¿O quien se piensa que es?, no olvidan que existió un hombre con una gran virtud, vilipendiado por los factores de Poder, ultrajado hasta en su vida personal, injuriado por los medios de prensa adictos a los dueños de las finanzas. Ese hombre, acompañado por una gran mujer, ambos fueron y son los factores de odio más fuerte que crece en el corazón de los ignorantes, de los auténticos ignorantes, no porque adolezcan de instrucción, sino porque no conocen la verdadera matriz nacional y porque no les interesa conocerla.

Pero existe y seguirá existiendo mucha gente que llenó su corazón con otras consignas, con otros anhelos, con virtudes y valores de fuerte raigambre solidaria. Para esa gente, una gran mayoría pese a quien le pese, “Perón Vive”, como nos recuerda siempre Roberto, un histórico dirigente de Villa Ballester. Como lo acuña la Marcha Peronista, que se ha transformado en un himno nacional a capela del pueblo, como lo dijera el propio General en esta frase extractada del libro que hemos citado:

“…Si soy Perón y lo seguiré siendo a través de los años, como si la fuerza de mi nombre sintetizara una bandera, es así hoy y seguirá siéndolo por el pueblo, mi único heredero. Esa maravillosa masa anónima que nos sobrevivirá para que la verdadera historia se siga escribiendo…” “…Podrá terminar el Justicialismo que yo llevo en mi sangre y en el vigor de mi vida, pero no terminarán jamás con la doctrina peronista que yo he inculcado en el alma a todos los trabajadores de esta tierra y que como una siembra prodigiosa, prolifera entre los descamisados de América y el mundo”.

jueves, 27 de septiembre de 2018


 

Carlos Duarte en el centro de la tormenta.

Por Alberto Carbone

 

Carlos Duarte. Lavacopas, mozo, albañil. Un pibe argentino de veintiún años sin trabajo y más de cuatro meses buscándolo. Una buena noticia por el hallazgo laboral, a partir de la magia que trasunta dentro del devenir informático.

Este es el protagonista del “cambio”, tan sólo uno de los Carlos Duarte que deambulan sin pan y sin trabajo por esta Argentina reciente de este “cambio” con tufo a frustración.

Este pibe cordobés, es el reflejo inaudito de miles de jóvenes que transitan las calles asfaltadas de pesadumbre, veredas sin camino, sin sentido u orientación.

La historia de tantos chicos jóvenes a los cuales se les escurre la vida  entre los dedos de un lavacopas.

La tómbola que ha pergeñado este gobierno para concebir la desventura, lo ha beneficiado esta vez a Carlos. Eugenia, la mujer que lo atendió aquel día y a quien le pidiera trabajo, le solicitó su currículum, Carlos, sin dinero para imprimirlo, tuvo que confeccionarlo a mano. La mujer percibió en el muchacho su necesidad y se comprometió con su requerimiento. No hizo otra cosa que colgar esa anécdota en su Facebook. La nota se viralizó y como resultado, Carlos logró el reingreso a la sociedad y comenzará a trabajar durante esta semana.



La tómbola de “Cambiemos” sigue girando.

No se trata de un Milagro.

Es el resultado caprichoso del azar.

Las bolillas que circulan dentro de una ruleta dolorosa que contiene los nombres numerados de todos los jóvenes de nuestro país.

 

A ver señores atención.

No va más!.

La rueda se detiene y una bolilla determina el futuro del beneficiario.

Como dije. No se trata de un Milagro.

Me atrevo a decir que probablemente se trate de un castigo.

El dolor por el sufrimiento de haber optado democráticamente por la elección de un gobierno, que ha señalado desde el comienzo un rumbo preciso, claro y contundente. Un rumbo diametralmente opuesto a los intereses de las grandes mayorías y orientado a facilitar los negocios de los intereses concentrados del capital nacional e internacional.

Este joven de hoy, famoso y viralizado, es reconocido aún en el exterior. El diario El País de Madrid ha levantado su historia. Pero me pregunto: Qué sucederá con los miles de Carlos que todavía esperan y deambulan por nuestro territorio?.

Usted pensó en el futuro de sus hijos?.

La juventud debe construir su futuro, prepararse, crecer y sentirse útil.

Encontrar sentido a su vida y a partir de ello, contribuir a elaborar el futuro de todos, para que juntos desplieguen el futuro del país.

Mencioné la palabra futuro demasiadas veces. Es el derecho intrínseco que posee todo ser humano. Es la fortaleza que merece nuestra juventud. Ningún gobierno debe coartarlo. La comunidad del presente, debe sostenerse en el anhelo irrevocable de su propia construcción.

Lo primero que la sociedad debe hacer, es deconstruir este presente inaudito, para afianzar un proyecto unánime.

sábado, 8 de septiembre de 2018


La Ardiente Paciencia

Por Alberto Carbone

 

La palabra “trabajo” deriva de la acción de trabajar que en latín “tripalliare” significa atormentar, torturar con el “tripallium”.

El tripallium era una herramienta usada para sujetar a los animales de las patas con el objetivo de proceder a la yerra y también se utilizó en la antigüedad como implemento de tortura para castigar a los esclavos.

 

En Italia el trabajo se denomina “laboro”. Su origen es la labranza. Por ejemplo: “los agricultores salieron a laborar el campo”.

De una u otra manera, esas viejas acepciones nos remiten claramente a la significación definitiva de este antiquísimo proceder humano.

La modernidad, es cierto, ha introducido sus condimentos. Variados filósofos, por no mencionar a ninguno, y que alguien utilice estas palabras como actitud de menoscabo o satisfacción por algunos u otros, han generado un ambiente de continua reelaboración del concepto, con aditamentos variados y formulaciones que han complejizado su definición.

El trabajo como mercancía. El Ser del hombre resumido en esa tarea. La importancia del trabajo en una sociedad que se desarrolla, etc, etc.

Porque si bien es cierto que el resultado del esfuerzo debe conllevar el fruto de una realización personal, también lo es como corolario del crecimiento social dentro de una comunidad que crece y se desarrolla.

El esfuerzo personal no debe escindirse de la natural promoción de la sociedad toda, engendrada como fruto del esfuerzo mancomunado.

En una sociedad democrática, el auténtico valor de sus líderes, es el trabajo por el fomento de esa naturalidad de progresismo. Hablamos de una comunidad que cree en sí misma y se desarrolla naturalmente a través del esfuerzo compartido.

La Nación no está conformada por una comunidad de obreros. Son múltiples y variados los sectores económicos que confluyen en la intencionalidad de progreso.

El empresario y el obrero trabajan en un mismo sentido y si bien sus intereses particulares son disímiles, ambos confluyen en un mismo interés cuando se trata la conveniencia de contribuir a ver progresar la empresa de la que forman parte.

La Nación es eso mismo. El país es un conglomerado de proyectos sociales comunes con intereses particulares diversos.

Los líderes políticos coyunturales, deben en consecuencia, ejecutar los movimientos exactos para que las notas comunes no desafinen y para que los intereses individuales fluyan concomitantes, generosos, inteligentes y armónicos.

La Argentina actual es una sociedad esperpéntica. No se trata de que haya disminuido el liderazgo político. El problema es que ese liderazgo no existe desde hace tres años.

Esto no significa que el mejor equipo de los últimos cincuenta años haya fracasado. En realidad sucede que la administración “macriana” ha determinado que este país debe retroceder a principios del Siglo XX y reconvertirse en lo que fue en esa época, un territorio destinado a la oferta de materia prima al mercado exterior sin valor agregado.

Pero cuál es el verdadero problema?.

Nos han advertido reiteradamente que el verdadero problema argentino era el peligro de parecerse a Venezuela. Lo recuerda?.

América Latina está conformada por veinte países. Todos, al igual que Venezuela, son mono productivos. Esto significa que si el mercado mundial decide por cuestiones políticas o de estacionalidad económica, disminuir el precio internacional del producto de alguno de estos países, la nación afectada padecería un serio problema en su balanza de pagos, en sus términos de intercambio,  en el equilibrio de su comercio exterior y en el déficit profundo resultado del bajo ingreso de capital para subsistir a sus erogaciones.

Un caso puntual es justamente Venezuela. La caída del precio internacional del crudo redunda en un fuerte rojo para hacer frente al costo de su economía interna.

Solo tres países de América Latina podrían hacer frente a los vaivenes de la economía internacional. Solo tres países NO pueden parecerse a los demás. NO pueden transformarse en Venezuela. Estoy hablando de México, del Brasil y de la Argentina.

Los tres países mencionados, entre los cuales está el nuestro, poseen una economía diversificada.

Qué significa?. Que los tres poseen inversión en producción de materia prima y en producción de industrias fabriles.

La economía diversificada, il laboro en la citta e il laboro en la campaña, como la posee también EE.UU de América, nos otorga liderazgo en la región, permitiendo que las decisiones políticas sean autónomas y no variables a los condicionamientos externos.

Lamentablemente, cuando nos encontramos con gobiernos que declinan esta posibilidad de autogestión, como está aconteciendo actualmente en el Brasil y la Argentina, el calvario no es solamente para los moradores sino también para toda América. Si tratamos de realizar una lectura geopolítica, seguramente hallaremos no sólo el objetivo final, sino también a los posibles beneficiados con esta orientación.

Pero hoy me preocupa que nos detengamos más en los perjudicados de esta política. Porque es indiscutible que la necedad de algunos ha puesto en grado de intolerancia la vida en nuestra comunidad. En solo tres años, lo que comenzó por ser la derrota de los sectores del trabajo, hoy está diluyendo el futuro de las pequeñas y medianas empresas y el tsunami amenaza con arrasar la totalidad de la clase media.

La ardiente paciencia del hombre común está por estallar.

Una marea humana trabaja en emprendimientos fabriles, para el mercado interno. Es imposible hacer desaparecer por arte de magia esta realidad. Ni en la Argentina ni en el Brasil. Además, el crecimiento social depende del mercado interno, porque los dividendos producto de la exportación cerealera y cárnica se quedan en los bolsillos de los productores, no se reconvierten en Pesos que circulan internamente, se quedan en cuentas bancarias del exterior. No me diga que no lo sabía!.

El dolor por el presente y la desesperanza por el futuro son materias cotidianas.

Deseo fervientemente que sea la paz la que ilumine la transformación. Un verdadero cambio, una recuperación impostergable que este país, merecedor de esclarecidos mandatarios y mejores votantes, se merece.

 

 

 

jueves, 9 de agosto de 2018


José de San Martin. La humildad, la sencillez y el silencio de los Andes

Hombre cabal, inmaculado, capaz de haber pasado por la historia sin contradicciones, o por actos que podrían haber menoscabado su dilatado protagonismo.
 
 

 

A veces, un solo hombre sintetiza la Patria. La que anhelamos los que perseguimos un país democrático, integral, participativo. Un país engendrado en el corazón popular.

Sencillamente eso representó el Gral. San Martín.

Para sus contemporáneos fue sinónimo de conducta y de claridad de objetivos. Para nosotros es el Padre de la Patria.

Cuando hablamos de Patria y del Gral. San Martín, no podemos soslayar las implicancias de ambos conceptos. Porque la Patria no se entiende sin considerar la fabulosa mixtura cultural de sus congéneres, la mágica influencia de la diversidad, transformada en un único sentimiento nacional.

La simbiosis generada a través de la multiplicidad, le otorga a la Patria un resultado único y eficaz, deletreado por notas comunes que sintetizan el acervo, las costumbres, las creencias, el Ser Nacional.

Dicen que José de San Martín fue el resultado de aquella mixtura cultural. Investigaciones recientes, de cuando este Siglo comenzaba, realizada por pensadores argentinos que han estudiado el legado de los documentos históricos, aseguran haber encontrado en el General de los Andes una filiación aborigen.

Joaquina de Alvear hija de Carlos María, primer Director Supremo del Río de la Plata, asegura en su manuscrito fechado a finales del Siglo XIX, que Don José fue hijo de su abuelo Diego y consecuentemente medio hermano de su padre. En realidad, la familia Alvear sostuvo durante todo este tiempo esa versión de los acontecimientos, narrada por Joaquina y conocida durante los primeros años del Siglo XXI.

Joaquina cuenta y afirma que su abuelo don Diego de Alvear tuvo un hijo con la indígena guaraní Rosa Guarú, que posteriormente se desempeñaría como nodriza de niño. Diego, de apenas treinta años y Rosa de diecisiete. El español había violado la ley que prohibía a los militares tener relaciones con mujeres indígenas.

Posteriormente, el Intendente Gobernador, don Juan de San Martín y su esposa Gregoria, que habían recibido en su hogar correntino al español, retornaron a Cádiz llevándose al niño y prometiéndole a Rosa el mismo destino para ella.

En España, el joven José se empeñó y consiguió afirmarse en la carrera militar. Un muchacho de su misma edad, Carlos María de Alvear, compañero de estudios, le confió aquel secreto. San Martín, incrédulo, fue invitado a una reunión junto con don Diego. Los tres charlaron al respecto. San Martín, prefirió dejar velada esta novedad, por temor al futuro de su carrera de armas.

En mitad del año de 1812, no por casualidad, los “medio hermanos” retornaron juntos al Rio de la Plata. A partir de entonces se constituyeron en los únicos militares de carrera en el territorio. Con su llegada se precipitó el fin del Primer Triunvirato, viciado de intencionalidad ideológica pro Europea y se promovió la instalación del Segundo Triunvirato, que borró de un plumazo las intenciones pro monárquicas rivadavianas. Carlos María fue erigido como presidente de la Asamblea y San Martín destinado a la jefatura del Ejercito del Norte, en reemplazo de Manuel Belgrano.

La impronta de San Martín, precipitó la búsqueda de la Independencia Nacional. Desde la región de Cuyo, mientras trabajaba en elaborar un proyecto de expansión hacia Chile y Perú, el futuro “Padre de la Patria”, promovió la instalación de un Congreso que declarara nuestra Independencia. En Tucumán, lejos de Buenos Aires, para procurar que el resultado de las deliberaciones no fueran contaminadas por el pensamiento anti republicano porteño.

San Martin generó el avance desde los Andes, al evaluar que el Alto Perú estaba plagado de tropa goda e imposible de derrotar sin cuantiosas pérdidas de vidas y pertrechos.

Desde Chile pasó al Perú. Triunfador en ambos objetivos, quedó más de un año en Lima con el título de “protector” y evitó que los españoles volvieran a intentar someterlo.

Desde allí viajó a Guayaquil, se entrevistó durante cuatro días con el general Bolívar, establecieron el avance y consolidación de la expansión libertadora y decidió su partida a Europa y el cierre definitivo a su fragorosa campaña independentista.

Instalado en Francia recibió múltiples y diversas visitas de argentinos ilustres que contribuyeron a brindar el perfil y conducta del héroe.

Son destacables las impresiones que obtuvieron de su persona hombres de la talla de Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento.

Este último relató que durante una de sus visitas, mientras charlaban compartiendo unos mates, el sanjuanino observó que su nieta jugaba en el suelo con las medallas que Chile, Perú y Argentina lo habían homenajeado. Sarmiento miró la escena y atinó a advertir al general respecto de la inconveniencia de que una niña usara para sus juegos insignias tan importantes. San Martín también observó la situación en silencio y le contestó; “Poco valor pueden tener esas medallas, si ni siquiera sirven para entretener el devenir del juego de una inocente criatura”.

Ese hombre fue José de San Martín. Humilde y sencillo, hasta en las últimas horas de su vida.

Un hombre vilipendiado por el sector acomodado de la ciudad puerto, debido a su posible extracción humilde por parte de madre.

Posteriormente erigido a máximo ejemplo nacional, por los mismos que lo denostaban en vida.

Un hombre que concibió su razón de existencia sobre la base de la humildad y del fervor nacional.

domingo, 29 de julio de 2018


Ave Cesar. Los que van a morir te saludan
 

Por Alberto Carbone

 

Dios nos libre de los lobos vestidos de ovejas, del odio detrás de una sonrisa, de la envidia disfrazada de amor, y de la falsedad disfrazada de amigo.

 

Quizá deba estar reservado al campo de la psicología el estudio de lo que sucede con tantos individuos en la Argentina. Me refiero a los sobrevivientes de casi tres años de un mandato constitucional antológico, sin precedentes en nuestra historia que continúan afirmando que volverían a votar la actual Alianza gubernamental a pesar de reconocer no estar viviendo una etapa positiva, so pretexto de renegar de la anterior administración nacional.
Las referencias son variadas. El caballito de batalla gira en torno a la crítica respecto de la corrupción. Así nomás, a secas.
Si usted osa reclamar definiciones, puntualizaciones respecto de los casos ocurridos, intenta que alguien defina la magnitud e implicancias de lo acontecido, que se establezcan comprobaciones, etc., la respuesta a todo reclamo de evidencia es a través de la misma fórmula: la ambigüedad, la generalidad, la mención de algún caso emblemático ampliamente difundido por los medios periodísticos concentrados y la negativa a reconocer las evidencias acontecidas durante este mandato constitucional.
Vivimos en una sociedad complotada contra sí misma que no quiere advertir la evidencia de la manipulación mediática, para no aceptar su necedad, para no reconocer su ignorancia.
Las vicisitudes por las que atravesamos exceden el trauma económico y social. Los parámetros medidos por el Indec actual y circunscriptos a la etapa renombrada como “Década Ganada” que expresan una movilidad social ascendente, con la consecuente elevación de la calidad de vida e incremento salarial acompañando a la inflación entre otros guarismos, no son siquiera advertidos por un amplio sector del cuerpo social o directamente son negados o desmentidos, recurriendo a los datos suministrados por los medios masivos de comunicación que respaldan al gobierno.
Párrafo aparte. ¿Ante la formidable concentración mediática que ha permitido el gobierno de Macriano, el próximo gobierno “democrático” tendrá que rendirse ante la evidencia y sellar un pacto de no agresión con el Sr. Magneto?.
Reflexione respecto de cuántos medios locales opinan sobre la fabulosa concentración mediática actual.
La excesiva alza de los servicios básicos actuales son aceptados con la irónica frase: “lo que pagábamos era muy poco”. A nadie le interesa si lo que pagamos ahora repleta las arcas de las empresas prestatarias a cambio de ningún beneficio para el consumidor. Todo es justificado sin ninguna explicación racional.
A usted; ¿ni siquiera le parece extraño?. Seguro que no. Porque si votó un cambio, debe estar contento con que el veinticinco o treinta por ciento de su salario sea tragado por los costos de los servicios públicos esenciales, o tal vez no se detenga a pensarlo.
“A mí me cuesta pagar las tarifas, pero por lo menos los vagos “planeros” que mantenía la “yegua” van a tener que buscarse un trabajo si quieren tener luz, agua y gas”. Esta es otra respuesta que he escuchado de los “eminentes intelectuales” de la Clase Media argentina.
“Yo no entiendo nada de política, pero voté a Cambiemos porque quería un cambio”. Otra genialidad de los mismos cráneos.
Cuando se les recuerda que el Dr. González Fraga, actual Presidente del Banco Nación exclamó: “Se acostumbraron a la mentira de que con un sueldo “medio” de un ciudadano “medio” podían cambiar celular, auto y viajar al exterior”, contestan no haber escuchado la frase.
Sabe una cosa. Yo también soy Clase Media. Pertenezco a un reducido núcleo de ese sector que piensa en los demás, que advierte que siempre existe alguien que está en peor condición, que necesita empleo, alimentarse, una mano de su congénere. Que cree en la solidaridad como instrumento de vida.
No todos somos necios e ignorantes. No ignoramos que es posible un país plural, en el cual cada quien tribute lo que le corresponde según sus ingresos,  donde los pobres puedan seguir viviendo incorporándose a la sociedad con posibilidades y aspiraciones a elevar su condición. Como le sucedió a la inmensa mayoría de los inmigrantes paupérrimos que llegaron a la Argentina entre los años 1876 y 1910. Más de cuatro millones de almas con hambre y sin trabajo que lograron ascender socialmente a través de la mejora que obtuvieron en la formación de sus hijos y nietos, a pesar de que quienes los trajeron para trabajar, antecesores de Macriano, no lo deseaban e instrumentaban políticas que contribuían a achatarlos y perpetuarlos en su condición miserable, promoviendo que permanezcan dentro del más oscuro pozo de ignominia para consolidar la mano de obra barata. El viejo proyecto liberal de edificar un país para pocos, tal y como persiste en ese empeño el gobierno actual, con la complicidad de muchos descendientes de aquellos inmigrantes, que ahora como Clase Media, amparados en la necedad, ignoran que la gran mayoría de pueblo argentino no puede sobrevivir con hambre e injusticia y ciegos persisten en votar a quienes terminarán con todas sus expectativas.
La Clase Media argentina que vota a “Macriano” me recuerda lo que sucedía con los gladiadores en el Circo Romano durante el emperador Tito. Antes de afrontar a los leones ingresaban a la arena y exclamaban; “Ave Cesar, los que van a morir te saludan”.